lunes, 3 de enero de 2011

EL MILENIO

EL MILENIO


“Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años”. Apo. 20:4.

Comentarios de crítica textual
Hermanos, llegamos hoy al capítulo 20 del libro del Apocalipsis, y vamos a considerar la perícopa acerca del Milenio, que se encuentra entre los versos 1 y 10 de este capítulo. Vamos a leer primero toda la perícopa para hacer los iniciales comentarios de crítica textual, revisando esta traducción de Reina-Valera a la luz del texto griego, de los manuscritos más antiguos; después de leerlo, volveremos sobre nuestros pasos para comentar algunos de los versos. Apocalipsis 20:1-10. Comienza con la letra: “Y” que no aparece aquí en Reina Valera: “1Y vi a un ángel que descendía del cielo, teniendo (ahí aparece bien expreso el verbo en el griego) la llave del abismo y una gran cadena sobre la mano. 2Y prendió al dragón, el ofidio, el arcaico (lo que dice aquí: “la serpiente antigua” es el ofidio, el arcaico) que es diablo y el Satanás, y lo ató mil años; (¿notan que he hecho algunas pequeñas modificaciones? solamente para aproximarlo más al texto griego; en el griego se dice: “diablo” y se le pone artículo “el Satanás”; en español no estamos acostumbrados a decirlo así; decimos, que es el diablo y Satanás; el griego dice: “que es diablo y el Satanás”; que es diablo quiere decir que es acusador, que es enlodador; y el Satanás, o sea, el adversario) y lo ató mil años (la palabra “por” no aparece en el griego); 3y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo. 4Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos aquellos a quienes de juicio dotóseles; (dice el griego; aquí tradujo Reina-Valera: “los que recibieron facultad de juzgar); y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia, ni a su imagen, y que no recibieron la marca sobre sus frentes ni sobre sus manos; y vivieron y reinaron con el Cristo mil años. 5Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección. 6Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él los mil años”. El artículo “los” aparece en el griego.

“7Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, 8y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar. 9Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió”.


Esa última frase, “de Dios descendió fuego del cielo”, tiene siete diferentes variantes en los manuscritos; algunos dicen: De Dios descendió fuego; otros dicen: del cielo descendió fuego; unos hacen la combinación de una manera, otros hacen la combinación de otra manera; el Textus Receptus trató de hacer una integración de las distintas variantes. Aquí Arcadio está avisando que en el texto que él tiene dice: “del cielo”, aquí dice solamente del cielo, no dice de Dios; entonces el Textus Receptus añade; hay esas siete variantes. Aquí Reina-Valera se basó en el Textus Receptus; dice completo, usando las variantes en una sola frase: “Y de Dios descendió fuego del cielo,” otros dicen: “descendió fuego del cielo”, otros dicen: “descendió de Dios fuego”; son variantes; sólo aviso a los hermanos que existen esas variantes. “10Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos”.


El milenarismo primitivo
Hermanos, este es un pasaje sumamente importante, que la iglesia primitiva, durante sus tres primeros siglos, lo entendió de una manera literal; por eso se habla en la historia de la teología del milenarismo primitivo. Los líderes primitivos, como Papías de Hierápolis, como Policarpo, como Ireneo, como otros, eran todos milenaristas en el sentido literal, interpretando que estos mil años son mil años literales. Cuando Constantino vio en una visión aquella cruz, y oyó una voz que le decía: “Con este signo vencerás”, entonces él cambió la política de los emperadores romanos, que era atrozmente contraria a los cristianos; y hubo un edicto de tolerancia, y el cristianismo llegó a ser aceptado y luego llegó a ser incorporado al Estado. Entonces algunos cristianos, como vieron que el gran imperio se había cristianizado, por lo menos por fuera, pensaron que prácticamente había llegado el Milenio; y empezaron a interpretar este pasaje en un sentido alegórico; principalmente Agustín de Hipona, uno de los grandes teólogos cristianos, en su libro “La Ciudad de Dios”, es el que introduce en la historia de la iglesia la interpretación alegórica acerca de este pasaje. Como Agustín tuvo tanta influencia, prácticamente durante la Edad Media el alegorismo prevaleció sobre la interpretación literal; inclusive, a las personas sueltas, y a grupos pequeños que todavía mantenían la posición de la iglesia primitiva que era literalista, milenaria, los consideraban los herejes kiliastas; sin embargo, era sola esa la posición de los tres primeros siglos de los líderes cristianos de la historia de la Iglesia; luego comenzó nuevamente a ser restaurada en los últimos siglos, ya en la iglesia moderna.

Existen varias escuelas de interpretación: una escuela alegórica que dice que este Milenio es algo simbólico, que representa el triunfo del cristianismo en el mundo; otros son posmilenaristas y dicen que la venida del Señor es después del Milenio, y que el Milenio es ese triunfo; y hay otros que simplemente lo interpretan de una manera alegórica sin ponerlo antes, sin ponerlo después; unos piensan que el cristianismo va a crecer tanto que va a llegar a dominar el mundo; en cambio otros piensan, o pensamos, porque yo me incluyo entre ellos, que no son las naciones unidas como hermanas las que recibirán al Señor, sino que el anticristo y los reyes de la tierra van a recibirlo, pero no bien, sino mal; entonces por eso yo tengo que decirles claramente que particularmente yo entiendo que esto hay que interpretarlo como lo interpretó la iglesia primitiva, de una manera literal. Ciertamente que el Apocalipsis es un libro de símbolos; pero cuando hay símbolos, los explica, aparecen en otro lugar; pero aquí la resurrección no es un símbolo, es un hecho; la venida del Señor, el atar a Satanás, son hechos; por lo tanto, yo interpreto literalmente estos pasajes. Ustedes tienen la libertad de interpretarlos como quieran; si tienen la paciencia de escucharme, lo interpreto como algo literal.


La caída por etapas de Satanás
Entonces vamos a leerlo y vamos a ir comentando: “1Y vi un ángel que descendía del cielo, teniendo la llave del abismo, y una gran cadena en la mano. 2Y prendió al dragón”; y aquí lo interpreta: el ofidio, el arcaico; o sea, la serpiente antigua; es decir, está identificando al dragón con Satanás; la serpiente antigua es la que aparece en Génesis capítulo 3, donde dice: “1Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?”. Es esta serpiente la antigua, la primera de que se hace mención en la Biblia; y el juicio de ella ha sido un juicio por etapas; primeramente, en la rebelión de Satanás, él fue expulsado de la presencia de Dios a los aires; en este momento a él se le llama el príncipe de la potestad del aire, porque fue echado de la presencia de Dios, y él trabaja ahora con sus demonios en los aires oprimiendo a las personas de afuera para adentro, oprimiendo la mente, sofocando el espíritu, introduciendo enfermedades, etc.; pero ya leímos en Daniel 12 y Apocalipsis 12, que hablan de la misma cosa, que en determinado momento el Señor ordena que el arcángel Miguel con sus ángeles luchen contra Satanás y sus ángeles, y los arrojen a la tierra. Ya en la quinta trompeta, en Apocalipsis 9, vemos la caída de esa estrella a la tierra y la apertura del pozo del abismo; entonces en el juicio de Satanás, él cae del cielo, de la presencia de Dios, a los aires; de los aires a la tierra; ahora aquí aparece en el capítulo 20 de Apocalipsis una nueva etapa de la caída de Satanás; ahora va de la tierra al abismo por mil años; y me llama la atención lo mostrado en la caída.

En la primera parte de la caída de Lucifer, que fue en los cielos, Dios mismo lo expulsó. Dios lo expulsó porque estaba cerca de Dios; él era un querubín poderoso encargado de la adoración; entonces Dios en ese momento no usó a ninguna otra criatura, sino que Él mismo lo expulsó de los cielos a los aires; ya cuando Satanás está en los aires es expulsado por Miguel, un arcángel, jefe de ángeles, que lo arroja de los cielos, en el sentido de los aires; porque existen tres cielos: el primero, el segundo, y el tercer cielo; él fue arrojado del cielo más alto a los cielos intermedios, a los aires, a la atmósfera; entonces ahora es un arcángel el que lo expulsa; pero ahora en Apocalipsis 20 no es ni siquiera un arcángel. Miren cómo Dios lo va expulsando. Ahora es simplemente un ángel.


Satanás encadenado
Primero se encarga Dios mismo, luego manda a un arcángel, y luego a un  ángel. “1Y vi a un ángel que descendía del cielo, teniendo la llave del abismo”. Acuérdense de que quien tiene las llaves del infierno y de la muerte es el Señor Jesús; ahora Él encarga a un ángel simple; no aparece ni siquiera el nombre del ángel; simplemente “un ángel”; ni siquiera le pone apellido, como dice en otras partes: fuerte, resplandeciente; ahí se está indicando también la degradación de Satanás. “Y vi a un ángel que descendía del cielo (ya no está en el cielo; Satanás está ya en la tierra), teniendo la llave del abismo, y una gran cadena en la mano”. Existe el mundo natural y existe el mundo espiritual; ciertamente que una cadena natural no va a ser usada para atar un espíritu; pero está hablando en el mundo espiritual; en el mundo espiritual existen ataduras espirituales; entonces lo dice en ese sentido: “y una gran cadena en la mano. 2Y prendió al dragón, la serpiente antigua (el ofidio, el arcaico), que es diablo (acusador) y el Satanás, y lo ató mil años; (aquí aparece entonces, hermanos, Satanás estando atado en el abismo, como lo declara a continuación) 3y lo arrojó al abismo (primero lo ató, luego lo arrojó al abismo; ya en clases anteriores estudiamos lo relativo al abismo), y lo encerró, y puso su sello sobre él (para que no pueda salir), para que no engañase más a las naciones”. ¿Qué estaba haciendo Satanás durante todos los miles de años anteriores a este Milenio? Engañando a las naciones; las naciones han sido engañadas.

Ahora Dios va a dejar descansar de Satanás por mil años 
a las naciones 

En la iglesia primitiva había la tradición, y no sólo en la iglesia primitiva (ya al final les voy a leer unos documentos extrabíblicos), de que el Señor, así como creó en seis días el universo y descansó el séptimo día, así también los primeros dos mil años fueron entre la creación y el diluvio; y pasando el diluvio, los siguientes dos mil años fueron entre el diluvio y la venida del Señor; ya van cuatro mil años; después de Cristo para acá ya van otros dos mil años. ¿Qué quiere decir eso? Si cada mil años son considerados un día, como dice la Palabra del Señor, que para el Señor un día es como mil años, es decir, cada mil años es un día, entonces quiere decir que al estar ahora a fines del sexto día, se está a punto de entrar al séptimo día; o sea, el séptimo Milenio. El séptimo día es día de descanso; por lo tanto, el Milenio será el sábado de descanso; habrá un descanso de la primera creación. Ya después habrá un cielo nuevo y una tierra nueva, pero todavía en esta tierra habrá un descanso cuando Satanás sea atado por mil años. Y dice: “y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años”.


Las naciones sobrevivientes en el Milenio
Dios tiene un propósito; ahora Dios estará probando a las naciones que sobrevivieron al Milenio y que engendraron hijos en el Milenio. La palabra del Señor nos muestra que en el Milenio habrá dos clases de seres humanos: 1) los vencedores, y 2) las naciones sobrevivientes y los que nacieren de ellos en el Milenio, sobre quienes reinarán los vencedores. Entonces así hoy Cristo reina sobre nosotros, pero Cristo que es un hombre, siendo Dios se hizo hombre y es eternamente hombre, sin embargo, Él es el primogénito y el precursor, y el primero en estar como un hombre glorificado. La intención de Dios no es que solamente Él sea glorificado; la palabra muestra que nuestros cuerpos de humillación serán transformados a la semejanza del cuerpo de Su gloria; y así como ahora Cristo reina sobre la Iglesia estando la Iglesia en estado natural, en su cuerpo mortal, y Cristo en estado glorificado, así en el Milenio son los vencedores los que estarán en estado glorificado como Cristo, reinando sobre las naciones que sobrevivan a la gran tribulación; y esas naciones engendrarán hijos; y dice la palabra en Isaías que el pecador de cien años será maldito, y que los niños alcanzarán una gran edad, y jugarán con la serpiente, con la víbora, etc.; es decir, está mostrando cómo va a ser ese período; sin embargo, menciona la muerte; no la muerte para los vencedores que ya, al vencer, la segunda muerte no tiene potestad sobre ellos; ya están en la posición glorificada como el Señor Jesús; pero ¿sobre quiénes reinarían ellos? Ellos reinarían sobre naciones, sobre una tercera parte sobreviviente. Vamos a ver sobre esa tercera parte en el libro de Zacarías.

Vamos al libro de Zacarías, el penúltimo del Antiguo Testamento. Zacarías 13:8-9; el verso 7 se refiere al Señor Jesús; una profecía que ya fue cumplida. “8Y acontecerá en toda la tierra, dice Jehová, que las dos terceras partes serán cortadas en ella”; está hablando de algo futuro, “acontecerá”, en el futuro, “serán cortadas”; no viene hablando de la parte histórica, sino de la parte futura. “Y acontecerá en toda la tierra, dice Jehová, que las dos terceras partes serán cortadas en ella, y se perderán; mas la tercera quedará en ella”; en la tierra; esa tercera parte pasará por prueba, sí. “9Y meteré en el fuego a la tercera parte, y los fundiré como se funde la plata, y los probaré como se prueba el oro. Él (este pueblo sobreviviente) invocará mi nombre, y yo le oiré, y diré: Pueblo mío; y él dirá: Jehová es mi Dios”. Vemos que hay una parte de las naciones que sobreviven.


El juicio de las naciones
Veamos también Mateo capítulo 25. Ya mis hermanos están familiarizados con el tribunal de Cristo, que es el juicio inicial que hace el Señor a los cristianos, a los creyentes, a los hijos e hijas de Dios; entonces, cuando el Señor venga, lo primero que va a establecer es el tribunal de Cristo, porque el juicio comienza por la casa de Dios; primero Dios nos corrige aquí; si no, nos toca esperar el momento del tribunal de Cristo para recibir la recompensa o el castigo durante el Milenio. Entonces el Señor primero establece el tribunal de Cristo para la Iglesia. Ya la vez pasada estudiamos la venida de Cristo, en el capítulo 19; entonces dice Mateo 25:31: “31Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, 32y serán reunidas delante de él todas las naciones”; éste ya no es el juicio del tribunal de Cristo para la Iglesia, sino el juicio de las naciones que sobreviven para el Milenio y que están en pie cuando el Señor viene. El Señor viene, se sienta y establece el juicio de las naciones; no es todavía el juicio del trono blanco, que es después del Milenio; éste de Mateo 25:31 es para juzgar las naciones que sobrevivan, porque los de la derecha que sirvieron al Señor ayudando a los pequeñitos del Señor entrarán en el reino; y los demás entrarán en el fuego. Se trata de las naciones; ya no está hablando aquí de la Iglesia. “32Y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. 33Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. 34Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino (viene hablando del reino; en la Biblia el reino de los cielos se refiere, la primera parte a la Iglesia y  la segunda parte al Milenio; entonces esta parte tiene que ver con la parte del Milenio) preparado para vosotros desde la fundación del mundo. 35Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; 36estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis, en la cárcel, y vinisteis a mí”. El Señor dijo: ni siquiera un vaso de agua fría dado a uno de sus pequeñitos se quedaría sin recompensa; entonces aquí viene la recompensa; ¿cuál es esa recompensa? Poder entrar en el reino en su cuerpo natural para ser gobernados por los vencedores de la Iglesia en cuerpos glorificados.

“37Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? 38¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? 39¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? 40Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños (ahí están sus escogidos, ahí están los del reino, los que reinarán sobre ellos),  a  mí lo hicisteis. 41Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. 42Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; 43fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. 44Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos? 45Entonces les responderá diciendo: de cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mi lo hicisteis. 46E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna”. Aquí vemos que hay un juicio de las naciones.


Los vencedores en el Milenio
Pasemos ahora a Apocalipsis capítulo 3:21; el mensaje a Laodicea: “21Al que venciere (el Señor le está hablando a los vencedores), le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono”. El Señor promete que hay un trono que es el del Señor; está el trono del Padre donde el Señor está a la diestra del Padre; pero Cristo va a reinar en el trono de Él; por eso dice: “se sentará conmigo en mi trono”; eso es para los vencedores; los vencedores gobernarán con Cristo. Y en el mensaje a Titatira dice en Apocalipsis 2:26: “Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones”; noten las dos posiciones: los vencedores que están sobre las naciones, y las naciones que no están en el infierno, sino que están bajo el gobierno de los vencedores; ¿ven? “26Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, 27y las regirá con vara de hierro (¿por qué? porque ellos estarán todavía en su cuerpo natural), y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre”. Por eso es que aparece en Isaías cuando se habla del lobo comiendo paja con el cordero, del niño jugando con la víbora; ahí se habla de morir; dice que el niño morirá de cien años. Si un niño muere de cien años, ¿cómo será eso? Hoy en día muy pocos llegan a cien años; en cambio en el Milenio, el que muera a los cien años de edad, será un niño; el niño morirá de cien años; es decir, que la situación en el Milenio será diferente porque Satanás estará atado.

Volvamos ahora a Apocalipsis 20:3: “hasta que fuesen cumplidos mil años (Satanás estará atado en el abismo y sellado para que no salga de él; él no puede salir porque Dios lo va a sellar allá); y después de esto (después de los mil años) debe ser desatado por un poco de tiempo”. Primero Dios permitió los seis días del hombre para que el hombre hiciere lo que escoja; si quiere escoger el camino del Señor, el camino de la vida, o si escoge apartarse del Señor y vivir para sí mismo, o seguir a Satanás; después viene otra prueba diferente.

Ahora, ya durante los días en que Satanás estaba trabajando en la tierra, fueron probados los vencedores de la Iglesia; los vencedores de la Iglesia vencieron y ahora estarán reinando en el Milenio; pero esas naciones que pasaron al Milenio sobre las cuales gobiernan los vencedores, ellos van a tener hijos, y esos hijos van a nacer en el Milenio, y esos hijos van a vivir la experiencia del gobierno justo de Cristo y el gobierno justo de los vencedores; pero a ellos los espera una prueba. ¿Será que ellos van a ser fieles? Y aun Dios va a mostrar que Satanás, aún después de estar atado, si lo sueltan, no va a hacer el bien; va a hacer otra vez el mal; entonces es la última oportunidad que se le va a dar a Satanás, y la oportunidad que van a tener aquellos seres humanos sobre quienes gobiernan los vencedores, las naciones sobrevivientes que están todavía en su cuerpo natural; entonces les viene una prueba, y por eso dice en el verso 3 del capítulo 20, al final: “y después de esto (Satanás) debe ser desatado por un poco de tiempo”.


Satanás desatado
Salto unos versículos al verso 7, para explicar este final del verso 3; desde el verso 7 se explica: “7Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión (Dios está dando otra oportunidad a Satanás; y probando a los que conocieron el gobierno justo de Cristo y los vencedores), 8y saldrá a engañar (él no aprendió, él no se arrepiente; seguirá engañando; ¿a quién va a engañar?) a las naciones (a los que nacieron durante el Milenio de los que entraron desde la tribulación al Milenio) que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog”. Aunque habla de los cuatro ángulos de la tierra, menciona específicamente un lugar donde va a ser el comienzo de la rebelión. Gog y Magog se refieren a Rusia; Gog era, como decir, el líder del pueblo de Magog. Magog fue uno de los hijos de Jafet, y Magog tuvo a su vez como hermanos a Mesec y Tubal; eso está en la tabla de las naciones en Génesis; también en el libro primero de Crónicas. De Mesec vinieron los moscovitas, y es la Rusia llamada blanca; y de Tubal vino Tobolks, lo que hoy es la Siberia; la palabra Tubal, Tipal, Tobolks, Tubareni, Siberia, es la misma cosa; la palabra Siberia viene de Tubareni, que es una pronunciación; Siberia, Tubareni, que es el mismo Tubal.

Los aborígenes de la América primera, que pasaron por el estrecho de Bering, son descendientes de Tubal; entonces Gog va a ser el líder, como aparece en Ezequiel 38 y 39; allí aparece Gog como el príncipe soberano de Mesec  y Tubal, que eran hermanos de Magog; entonces eso se refiere a la Rusia. Eso significa que en Rusia comenzará otra vez la rebelión contra Dios. Ya Rusia ha sido oficialmente atea; ahora cayó el comunismo, pero no necesariamente el ateísmo. Apocalipsis dice que después del Milenio las naciones van a ser engañadas; pero la que es mencionada de manera especial es Gog y Magog.

La última prueba de la humanidad

Y dice: “8...a fin de reunirlos para la batalla (Satanás va otra vez a reunir a aquellas personas que no habían conocido el engaño de Satanás; van a ser engañados otra vez muchos miles y millones; van a perder la prueba; van a ser reprobados, porque vivieron un reino justo con Cristo y los vencedores y ahora se rebelan); el número de los cuales es como la arena del mar. 9Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos (¿se dan cuenta? Las dos clases de seres humanos: los santos y las naciones) y la ciudad amada (la Jerusalén donde reina el Señor con los santos; será la capital universal; y ¿ahora qué dice?); y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió”.


Desgraciadamente, las personas, después de conocer el reino justo de Cristo, aun así quieren rebelarse; ahí sí ya no hay más oportunidad. “10Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos”. Entonces aquí vemos que este anticristo y el falso profeta inauguraron el lago de fuego, y allá va a parar Satanás, de modo que en el lago de fuego estarán juntos los demonios, Satanás y los hombres; porque dice la Biblia, como leímos ahora en Mateo 25, que Dios preparó el lago de fuego para Satanás y sus ángeles, no para los hombres; pero los hombres le siguieron a Satanás hasta el lago de fuego; entonces estarán juntos allí. Pero entonces me salté unos versos porque quería darle continuidad al final del verso 3, que decía: “y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo”.


Inauguración del reino milenial
Ahora lleguemos a los versos 4 al 6, que tienen que ver con los vencedores. “4Y vi tronos”; estos tronos que está viendo aquí Juan, son los mismos que vio Daniel. Vamos a verlo en Daniel para que observemos cómo empata la profecía de Daniel con la de Juan en Apocalipsis. Vamos a Daniel 7:8; después de que presenta la historia universal, mostrando cada imperio figurado en una bestia, entonces aparece el momento del anticristo: “8Mientras yo contemplaba los cuernos (esos diez cuernos de la cuarta bestia del imperio romano), he aquí que otro cuerno pequeño salía entre ellos (ese es el anticristo), y delante de él fueron arrancados tres cuernos de los primeros; y he aquí que este cuerno tenía ojos como de hombre, y una boca que hablaba grandes cosas”. Ese es el anticristo. “9Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos (estos son los tronos de los vencedores en el reino milenial; después del reino del anticristo viene el reino de los santos del Altísimo), y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo, fuego ardiente. 10Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él; el Juez se sentó y los libros fueron abiertos”. Esa es la inauguración del Milenio.

Los tronos de los vencedores
Ahora sí pasemos al capítulo 20 de Apocalipsis, donde con el trasfondo de Daniel 7 se entiende mejor. “4Y vi tronos (son los mismos tronos de Daniel 7), y se sentaron sobre ellos y de juicio dotóseles (que es lo que dice el griego; aquí la idea fue parafraseada, “y recibieron facultad de juzgar”; se les dotó de juicio); y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios”. Observemos aquí quiénes son los primeros a quienes se les asigna reino, trono en el Milenio. A los mártires, a los que pusieron su vida hasta la muerte. Si leemos sólo este versículo parece que se redujera sólo a los mártires, pero ya leímos lo que dice en Laodicea, ya leímos lo que dice en Tiatira, que los vencedores también reinarán con Él; no necesariamente tienen que ser mártires, pero preferentemente los que pusieron su vida hasta la muerte. Por eso cuando habla de los vencedores en Apocalipsis 12 dice que ellos vencieron al acusador por la sangre del Cordero, por la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte. El Señor había dicho también a la iglesia en Esmirna, que estaba en grande persecución: el que venciere, no gustará daño de la segunda muerte; el Señor le promete vida a los que mueren por Cristo, a los que están dispuestos a llevar la cruz, negándose a sí mismos cada día hasta entregar la vida, si es necesario, en martirio. Éstos son, pues, los primeros mencionados sentados en los tronos en el Milenio: “4Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos y juicio dotóseles, y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús”; hay muchos decapitados por otras cosas, pero ¿quién por el testimonio de Jesús, y por mantener la confesión y la vida del Señor Jesús, y también por la palabra de Dios? a veces no se le pide que niegue a Jesús, pero sí que niegue la palabra; “por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios”.

Y ahora dice otro grupo que pueden ser también los primeros; ya este segundo grupo pueden ser de los mismos del primero; ahora puede incluir unos que no sean mártires, pero sí vencedores, y dice: “los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen”; que esa es la gran tentación a la que el mundo está entrando hoy con el globalismo, con la internacionalización, preparando un gobierno mundial para el anticristo, que a través de la economía manipulará la política, y a través de la política y las fuerzas armadas, que son las que legaliza la política, la religión; una religión mundial, nueva era; ahora ese es el espíritu actual, una sola religión. Los cristianos van a parecer como si no encajaran con el humanismo, y van a ser perseguidos; “los que no habían adorado a la bestia ni a su ícono (o su imagen), y que no recibieron la marca sobre sus frentes ni sobre sus manos; y vivieron (esto es, los habían decapitado pero vivieron; es decir, resucitaron; por eso más adelante dice: la primera resurrección) y reinaron con Cristo mil años”. Es en esta misma tierra; no es todavía la tierra nueva; en esta misma tierra; mientras otros gobernaban, los cristianos fueron decapitados y perseguidos; entonces el Señor en esta misma tierra va a cambiar las cosas. Los que van a reinar con vara de hierro, y los que van a juzgar al mundo, ahora son Sus mártires; como dice 1 Corintios 6:2: “2¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? 3¿O no sabéis que hemos de juzgar a los ángeles?” Entonces el juicio va a ser dado, como dice Daniel, a los santos del Altísimo, y ellos reinarán juntamente con Cristo. “Y vivieron, y reinaron con Cristo mil años”; por eso dice: “Se sentará conmigo en mi trono”; reinaron con Cristo los mil años. Entonces estos que vivieron, como lo dice más adelantito, son la primera resurrección; habrá resurrección de todos los muertos en la Biblia, pero una resurrección es la resurrección de los justos; la otra es resurrección de juicio.


Los dos aspectos de la resurrección
Al final del profeta Daniel habla de la resurrección de todos. Daniel 12:2: “Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua”.

En Mateo 25:46 dice: “E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna”. Hay unos que van para un lado y otros para otro; y Juan 5:29 también habla de esos dos aspectos de la resurrección. Dice el Señor Jesús: “28No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; 29y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida (hay una resurrección que se llama resurrección de vida); mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación”. Hay otra resurrección que se llama de condenación. Una resurrección de vida, otra resurrección de condenación. Todos los seres humanos resucitarán; la cuestión es: ¿resucitarán para vida o resucitarán para juicio o condenación? Entre esas dos resurrecciones existen mil años de diferencia, que es lo que se revela en Apocalipsis 20. En otros pasajes de la Biblia también se habla de la resurrección de los justos; y por eso el apóstol Pablo quería alcanzarla. Dice él en Filipenses 3:11: “Si de alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos”. Todos los muertos van a resucitar, pero cuando Pablo dice: “si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos”, se está refiriendo a la resurrección de los justos, a la resurrección para vida, para reinar en el Milenio.


Volviendo a Apocalipsis 20, vemos que al final del verso 4 dice: “y vivieron”; esa es la primera resurrección, esa es la resurrección de los justos, esa es la resurrección para vida; “vivieron”; los habían decapitado pero vivieron, “y reinaron con Cristo mil años (el reino milenario, es mil años). 5Pero los otros muertos (todos van a resucitar aún para juicio, pero ¿cuándo? Después del Milenio) no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años”. Aquí está haciendo una diferencia entre la resurrección para vida y la resurrección para condenación. La resurrección para vida es al comienzo del Milenio; y los demás  muertos resucitarán después del Milenio; es decir, hay un Milenio de diferencia entre la resurrección para vida de los justos y la resurrección de los demás para juicio.


Tiempo de la primera resurrección
Luego dice: “Esta es la primera resurrección”. Aquí vuelvo a mencionar este asunto. Es el momento de mencionarlo: Si estos santos que van a reinar en el Milenio fueron decapitados, quiere decir que pasaron por tribulación, ya sea las tribulaciones de la historia de la Iglesia, o la gran tribulación con el anticristo. Si éstos que reinarán con Cristo tuvieron que vencer la bestia, vencer su imagen, vencer su marca, no recibirla ni en sus frentes ni en sus manos, y éstos son los que van a reinar con Cristo mil años, y éstos son la primera resurrección, y la Biblia dice que no precederemos a los que durmieron, es decir, que antes de la primera resurrección nadie los precederá, nadie será arrebatado antes de la primera resurrección; porque está muy claro, no precederemos a los que durmieron dice 1 Tesalonicenses capítulo 4:15; no precederemos a los que durmieron; los muertos en Cristo resucitarán primero; entonces ¿cuándo es esta resurrección? Esta resurrección es después de la tribulación, porque los santos fueron decapitados  y tuvieron que luchar con la bestia, su imagen, la marca; quiere decir que los vencedores en el Milenio pasaron por la tribulación y reinaron en la primera resurrección. Si a ésta se le llama la primera, y no dice la palabra, como algunos interpretan, la mejor, no; dice “protos” en griego; es primera en orden numérico, cronológico; si esta es la primera resurrección, no hay otra resurrección anterior. Si hubiera una resurrección anterior, ésta no sería la primera; y ¿qué dice? ¿cuándo será la resurrección? Será en la final trompeta. La final trompeta es la final, después de todas esas trompetas anteriores de juicio.

En la séptima trompeta es la resurrección de los muertos y la transformación de los vivos que sobrevivan en Cristo, que no hayan muerto cuando Él venga; los muertos resucitan primero; luego nosotros los que vivimos seremos transformados en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; recibiremos al Señor juntos; eso será después de la gran tribulación, ¿por qué? porque la primera resurrección ocurre incluyendo a los vencedores de la bestia y a los decapitados, a los vencedores de la marca; entonces no puede haber un arrebatamiento anterior a la primera resurrección, porque no precederemos a los muertos; los muertos en Cristo resucitarán primero, luego nosotros los que quedamos, los que vivimos, seremos arrebatados para recibir al Señor en el aire; ¿cuándo? Cuando Él venga; entonces aquí estamos viendo que realmente la iglesia sí pasa por la tribulación, porque aquí a esta resurrección de los vencedores que vencen a la bestia, son decapitados, etc, se le llama primera resurrección; quiere decir que no hay otra anterior con la categoría así de glorificados; las personas pueden morir y resucitar, como Lázaro, y volver a morir; pero en ese sentido de ser glorificados con un cuerpo semejante al de la gloria del Señor, esa es la primera.


“6Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos”; la segunda muerte es el lago de fuego, como ustedes lo pueden ver en el verso 14 del mismo capítulo donde dice: “Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda”. La muerte segunda es el lago de fuego.


En Apocalipsis 21:8 dice: “Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos, tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda”. Vemos que la muerte segunda es el lago de fuego; en la muerte primera las personas van ¿a dónde? Van a descansar con el Señor, van al paraíso si murieron en Cristo; o van al Seol, esperando transitoriamente el juicio del trono blanco.

Luego dice que el Seol será echado en el lago de fuego, o sea que el Seol, o el Hades, que es lo mismo, es transitorio; es como decir la comisaría donde está preso el delincuente antes del juicio; después se le juzga en el trono blanco, y ahí sí va a la Gehena, que es el lago de fuego. Por eso se le llama la segunda muerte, porque ya hubo una primera muerte, que es la muerte natural; la muerte segunda es la separación eterna de Dios en el lago de fuego. El lago de fuego es la muerte segunda.


Daño de la muerte segunda
“6Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos (sobre los vencedores que reinan con Cristo en el Milenio) sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él los mil años”. No dice: sólo mil años, sino los mil años; los del Milenio. Ese artículo no tiene que faltar porque no son cualquier mil años, son los años del Milenio. Entonces, hermanos, esos son los santos vencedores. ¿Qué pasa con los santos que en el tribunal de Cristo no califiquen para reinar? La Biblia habla de castigo, habla de infieles y habla del daño de la muerte segunda; el daño de la muerte segunda y la muerte segunda son cosas relacionadas, pero la muerte segunda, el lago de fuego, es algo completo. El daño de la muerte segunda significa una pasada por el lago de fuego; y esa pasada por el lago de fuego está para los creyentes no vencedores; no dice que es eterna, pero sí es daño; la muerte segunda le hará un daño; no eterno, pero sí un daño.

Vamos a leer eso, por ejemplo, en el sermón del monte. Mateo 5:21 en adelante. Primero les llamo la atención a quiénes les está hablando Jesús en el sermón del monte. Mateo 5:1 dice: “1Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos (¿a quiénes les está hablando esto? a  los discípulos). 2Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo:...” ¿A quiénes les está enseñando? A los discípulos; a los creyentes. Entonces todo el capítulo 5, el 6 y el 7 es la enseñanza del sermón del monte. En el verso 21 del 5 dice: “21Oísteis (¿quiénes oyeron? Los discípulos) que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. 22Pero yo os digo que cualquiera (¿a quién se lo dice? a los discípulos) que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio (porque en el juicio no sólo juzgará el Señor, sino que el Señor le dio juicio a los santos; por eso habla del concilio); y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego”. Pero aquí en el original griego no dice Seol o Hades, dice: Gehena de fuego; o sea, el lago de fuego. Ese es el daño de la muerte segunda, el paso por la muerte segunda temporal, de los creyentes derrotados, los creyentes que se pelean con sus hermanos, que se meten en otras cosas como va a decir más adelante.


Hasta que pagues el último cuadrante
“23Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, 24deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda. 25Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel”. Ahora, esta cárcel es lo que había dicho más arriba, el infierno de fuego, y la palabra es Gehena, y la Gehena es el lago de fuego; por eso habla de que el vencedor no sufrirá daño de la muerte segunda; el vencedor. Pero ¿y el cristiano derrotado? ¿dice acá qué le pasará? Será echado en la cárcel. “26De cierto te digo que no saldrás de allí hasta que pagues el último cuadrante”. El castigo no es eterno, sino hasta que pagues el último cuadrante. El Señor está hablando muy claro, y sigue hablando: “27Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. 28Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. 29Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo (ahí habla de cuerpo) sea echado al infierno”. Ese infierno es la Gehena; la palabra aquí no es Hades, es Gehena, es el lago de fuego, no eterno; es el daño de la muerte segunda. “30Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno”. A la Gehena; ¿a quién está hablando el Señor? a los discípulos, a los hermanos; cualquiera, dice el Señor.

Así sigue hablando. Pasemos ahora a Lucas capítulo 12; ya los hermanos están más familiarizados con ese capítulo, y éste es el aspecto del castigo en el Milenio. ¿Dónde van a ser premiados los santos vencedores? En el Milenio; pero, y ¿dónde serán corregidos los santos perdedores, las vírgenes fatuas? En las tinieblas de afuera; no dice que es eterno, pero dice que es tinieblas, dice que es lloro, dice que es crujir de dientes; no dice que es eterno, pero sí es crujir de dientes, sí es lloro; porque el tribunal de Cristo es el que decide; el tribunal de Cristo se dice que es para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.

Si hizo algo malo, no va a recibir algo bueno; su galardón va a perderse, sufrirá pérdida, no de la salvación, pero sí del galardón, del reino; será excluido del reino, del Milenio. ¿Dónde estará? En las tinieblas de afuera, en el llanto, en el crujir de dientes, en el fuego; pero ese es un daño de la muerte segunda, pero no es la muerte segunda en su totalidad.


Castigo con azotes
Lucas 12:35: “35Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas; 36y vosotros sed semejantes a hombres que aguardan a que su señor regrese de las bodas, para que cuando llegue y llame, le abran en seguida. 37Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor, cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa y vendrá a servirles”. Ese sentarse a la mesa es la cena de las bodas del Cordero; es las bodas, es el Milenio, porque las bodas es el reino. El reino de los cielos es semejante a unas bodas; las bodas son el reino. “38Y aunque venga a la segunda vigilia, y aunque venga a la tercera vigilia, si los hallare así, bienaventurados son aquellos siervos. 39Pero sabed esto, que si supiese el padre de familia a qué hora el ladrón había de venir, velaría ciertamente, y no dejaría minar su casa. 40Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá. 41Entonces Pedro le dijo: Señor, ¿dices esta parábola a nosotros, o también a todos?” A ¿quién va dirigida esta parábola?  A los creyentes, a los siervos: “42Y dijo el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente al cual su señor pondrá sobre su casa (esos son los vencedores que reinarán sobre su casa), para que a tiempo les dé su ración? 43Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. 44En verdad os digo que le pondrá sobre todos sus bienes...” “El que venciere se sentará conmigo en mi trono”; reinará con el Señor. “44En verdad os digo que le pondrá sobre todos sus bienes. 45Mas (no todos los creyentes son fieles) si aquel siervo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare a golpear a los criados y a las criadas, y a comer y beber y embriagarse, 46vendrá el señor (¿de quién?) de aquel siervo (es un creyente) en día que éste no espera, y a la hora que no sabe (y ¿qué? ¿lo pondrá en el limbo a tocar arpa? no), le castigará duramente (al siervo; ¿cuándo va a ser ese castigo? cuando Él venga y establezca el tribunal de Cristo; y el tribunal es para el Milenio, para los que reinan en el Milenio; y los que no califican, ¿dónde quedan? en las tinieblas de afuera, con lloro y crujir de dientes, con los infieles), y le pondrá con los infieles. 47Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo (primero hay que prepararse y entonces hacer) conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes”.

¿Qué recibirá el creyente infiel en la venida de Cristo, en el tribunal de Cristo? En el tribunal de Cristo se recibirán azotes; y esos azotes son en la cárcel, y esa cárcel es el daño de la muerte segunda, que es en el lago de fuego; es fuego ¿hasta cuándo? hasta que pague el último cuadrante. “47Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, recibirá muchos azotes. 48Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco (también azotado; noten que no es eterno, es mucho y es poco); porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá”.


Diferencia entre la salvación y el galardón
Entonces, hermanos, aquí claramente estamos viendo que el tribunal de Cristo no va a ser solamente aplausos y premios. Dice el Señor en Apocalipsis 22:12: “He aquí vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sean sus obras”. La salvación eterna es por fe, pero el Milenio es para Sus siervos que le hayan servido al Señor. Hay una diferencia entre la salvación y el galardón; la salvación que tiene que ver con la eternidad y el cielo nuevo y la tierra nueva, es eterna; la salvación es por gracia; pero, de los salvos que son los siervos que le sirven al Señor, ese servicio va a ser galardonado en el tribunal de Cristo, y van a reinar sobre las naciones sobrevivientes y los que nazcan de ellas en el Milenio; pero ¿y los que no? los que no sean las vírgenes prudentes sino las fatuas, estos siervos que se pelearon con los otros, que comían, bebían, que estaban banqueteando o que estaban adulterando o viviendo esa clase de vida, ¿a dónde van a parar? Aquí dice: será culpable de juicio y del infierno; ¿dónde habla del daño de la muerte segunda? En Apocalipsis capítulo 2, en el mensaje a Esmirna. El mensaje a Esmirna dice de la siguiente manera; capítulo 2:11: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El que venciere (¿cuál es el requisito para no pasar por fuego? Vencer), no sufrirá daño de la segunda muerte”. ¿Cuál es la segunda muerte? El lago de fuego. ¿A dónde irá el que siendo siervo, siendo creyente, siendo virgen esperando al esposo, no sea vencedor, esté pecando, ya sea en adulterio, ya sea en enojo, en peleas, ya sea en glotonerías, etc. y llegue al tribunal de Cristo? ¿es un hijo o no es un hijo? Es un hijo, es salvo por fe, es salvo, tiene vida eterna. Tiene vida eterna, pero ahora no estamos hablando de eternidad, no estamos hablando del cielo nuevo y la tierra nueva, la Nueva Jerusalén; estamos hablando de los mil años, del Milenio donde reinarán en esta misma tierra los vencedores; ¿qué pasará con los no vencedores? ¿Qué pasa con las vírgenes necias? No entraron a las bodas; no entraron al reino, porque el reino es semejante a esas bodas, no entraron al reino; entonces ¿a dónde fueron? A las tinieblas, al lloro, al crujir de dientes.

Para ver la diferencia, especialmente lo hago por aquellos hermanos que quizá por primera vez oyen esto de la salvación y el galardón en el reino, vamos a 1 Corintios capítulo 3:11 en adelante: “11Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo”. El fundamento es la salvación en Cristo; existe el fundamento y existe la edificación sobre el fundamento. El fundamento es la obra de Cristo recibida por la fe, por la cual somos eternamente salvos; ahora, los eternamente salvos, sobre ese fundamento edificamos; le servimos al Señor como siervos; y ese servicio es la superestructura encima del fundamento. “12Y si sobre este fundamento  alguno (se refiere a los salvos) edificare oro (Cristo, la naturaleza divina), plata (la redención), piedras preciosas (la obra del Espíritu en el sufrimiento, en la prueba), madera (lo meramente humano), heno (pura paja), hojarasca (lo sin vida, ¿qué pasará si uno está en lo carnal?), 13la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno, cual sea, el fuego la probará. 14Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó...”; ese es el servicio al Señor por parte de los salvos; ya son salvos eternamente, pero además de la salvación eterna existe el reino, el Milenio, los mil años; ¿ven?


El reino es una recompensa
Entonces por eso dice: Somos salvos, no por obras, pero hechura suya para buenas obras; y esas buenas obras determinarán la posición en el reino, en el Milenio; no la salvación; la posición en el Milenio. Uno estará sobre diez ciudades, otro sobre cinco, otro sobre dos; todos son salvos, y otros estarán en esas ciudades, no sobre ellas; no están en el infierno, están en el reino, pero su posición depende de su servicio al Señor. En cambio, su salvación es un regalo; pero adicional al regalo hay un premio a las obras de los salvados por gracia, que son dos cosas; por eso dice acá: “14Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa”. En cambio la salvación no es una recompensa, la salvación es un regalo. La dádiva de Dios es vida eterna; pero los salvos le sirven o no al Señor, y ese servicio de los salvos será galardonado o castigado en el Milenio, sin afectar la salvación eterna.

“15Si la obra de alguno se quemare, él (subrayo el siguiente verbo) sufrirá pérdida (aquí no habla de pañitos de agua tibia, el verbo es “sufrir pérdida”; pero no pérdida de la salvación; es pérdida del galardón en el reino), si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego”. Vemos, pues, que no perdió la salvación, pero sí sufrió pérdida del galardón, de la recompensa; por eso es que el apóstol Juan en su segunda epístola habla con este lenguaje.


Vamos a 2 Juan 8: “Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo”; aquí no habla de perder la salvación; habla de perder el fruto del trabajo; eso significa que nuestro trabajo para el Señor tiene fruto y recompensa, pero se puede perder si nos la pasamos peleando, emborrachándonos, adulterando, pecando.

“Mirad por vosotros mismos, para que no perdías el fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis galardón completo”. Se puede recibir medio galardón. Dios quería darte cincuenta pero sólo te puede dar treinta; o quería darte treinta pero sólo puede darte diez; quería darte diez pero quedaste debiendo cinco, en saldo rojo. Entonces ¿en dónde es castigado el siervo? ¿en qué período? En el Milenio; por eso el Milenio es muy importante entenderlo. No saldrá de allí, ¿hasta qué? hasta que haya pagado el último cuadrante. Cuando pague todo, sale; pero mientras no pague, no sale. Cuando se habla de las vírgenes que creen en el esposo, que salen a recibirlo, que lo esperan, son creyentes; pero ¿por qué se habla de tinieblas de afuera, de llanto y de crujir de dientes? Porque ese es el castigo durante el Milenio de los creyentes derrotados. Así, hermanos, aunque somos salvos, seamos también vencedores; y aunque tenemos vida eterna, tengamos también galardón. ¿Amén, hermanos?


Entonces ahí terminamos ese pasaje donde Apocalipsis capítulo 20 está hablando de los hombres, de los que no reinan. El verso final dice: “10Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos”. Éstos sí no salen nunca de allí.


Noticias curiosas
Hermanos, permítanme unos minutitos, ya no para la parte exegética, sino solamente unas noticias curiosas; y llamémoslas así, noticias curiosas; no lo estoy poniendo al nivel de la Biblia. El apóstol Bernabé escribió una epístola que no quedó dentro del canon, pero que la epístola existe; él escribió en su epístola algo relativo a ese período del Milenio; o sea, la parte del sábado milenial; esos mil años finales; y lo dice de la siguiente manera:

“Pasando a otro punto (dice Bernabé, en el capítulo 15 de su epístola), también acerca del sábado, se escribe en el decálogo, es decir, en las diez palabras que habló Dios en el monte Sinaí a Moisés cara a cara: Y santificad el sábado del Señor con manos limpias y corazón puro. Santificad el sábado del Señor con manos limpias y corazón puro. Y en otro lugar dice: Si mis hijos guardaren el sábado, entonces pondré sobre ellos mi misericordia. Del sábado habla al principio de la creación: E hizo Dios en seis días las obras de sus manos y acabólas en el día séptimo, y descansó en él (y hasta ahora sigue descansando en su séptimo día [este paréntesis es mío]) y lo santificó. Atended, hijos, qué quiere decir lo de: Acabólos en seis días. Esto significa que en seis mil años consumará todas las cosas el Señor, pues un día es para el Señor mil años. Lo cual, Él mismo lo atestigua, diciendo: He aquí que el día del Señor será como mil años. Por lo tanto, hijos, en seis días, es decir, en los seis mil años, se consumarán todas las cosas. Y descansó en el día séptimo. Esto quiere decir: Cuando venga su Hijo y destruya el siglo del inicuo y juzgue a los impíos y mudare el sol, la luna y las estrellas (porque dice la Biblia que en el Milenio siete veces más alumbrará el sol y la luna también), entonces descansará de verdad en el día séptimo (cuando Él venga y juzgue). Y por contera dice: Lo santificarás con manos limpias y corazón puro. Ahora, pues, si pensamos que pueda nadie santificar, sin ser puro de corazón, el día que santificó Dios mismo, nos equivocamos de todo en todo.

Consiguientemente, entonces por nuestro descanso lo santificaremos de verdad, cuando, justificados nosotros mismos y en posesión ya de la promesa, seremos capaces de santificarlo; es decir, cuando ya no exista la iniquidad, sino que nos hayamos vuelto todos nuevos por el Señor, entonces, sí, santificados primero nosotros, podemos santificar el día séptimo. Por último, les dice: Vuestros novilunios y vuestros sábados, no los aguanto. Mirad cómo dice: No me son aceptos vuestros sábados de ahora, sino el que yo he hecho, aquél en que, haciendo descansar todas las cosas, haré el principio de un  día octavo, es decir, el principio de otro mundo. Por eso justamente nosotros celebramos también el día octavo con regocijo, por ser día en que Jesús resucitó entre los muertos y, después de manifestado, subió a los cielos”. Había querido leerles este pasaje de la epístola de Bernabé para que mis hermanos pudieran tener alguna ilustración en ese respecto.


En el segundo libro de Enoc
También lo encontramos en el llamado libro segundo de Enoc. Ustedes saben que existe el llamado libro del profeta Enoc; y unas tradiciones de Enoc fueron circulando y recogiendo legendariamente; y existe el libro primero de Enoc, que es el que cita Judas en su epístola; y también está un segundo. El primero sobrevivió entero en etíope, el segundo sobrevivió en eslavo. Vamos a leer del segundo de Enoc que sobrevivió en eslavo, donde, en los pasajes anteriores, venía hablando sobre los siete días de la creación; cuando llega a hablar del séptimo día, dice este libro II de Enoc así: “Y al día octavo (así como hablaba Bernabé), fijé yo el mismo día para que el día octavo fuera el primero, primicias de mi descanso y para que éstos (los siete días anteriores que venía hablando), se conviertan en símbolo de los siete mil (viene hablando de los siete días de la creación; dice que éstos se conviertan en símbolo de los siete mil), y para que él sea el principio de los ocho mil; el ocho es ya la Nueva Jerusalén, pues así como el primer día cae en domingo, así lo hace también el día octavo, para que el día del domingo pueda repetirse indefinidamente”. Esto fue respecto de Enoc.

Otros informes
Y hay entre los paganos, incluso anteriores a Cristo, también circulando una tradición de los mil años. Es curioso; el Señor es el Dios de todos. Hay en el Irán, que antes se llamaba Persia, que era de la religión de Zoroastro, unos libros antiguos anteriores a Cristo en varios siglos, que se llaman El Bundahish, y el otro se llama el Baman Yast, que hablan de Ahriman, o sea el principio del mal; mas Ahura el principio del bien; y dice que Ahriman, o sea el príncipe del mal, tenía planeado reinar mil años, y que vino un tal Fredum, el nombre como de un espíritu, y lo ató por mil años para que no pudiera reinar. Cosa curiosa esa tradición del paganismo anterior a Cristo; ya había como una sospecha de la cosa.


Y también Platón, en el diálogo que él llamó La República, ahí cuenta un diálogo de Sócrates con los amigos; y de pronto Sócrates les empieza a contar una experiencia que tuvo un muerto que se llamaba Er, hijo de Armenio, que murió y fue al otro lado, y volvió; pero entre las cosas que dijo mencionó los mil años. Entonces les voy a leer, digamos, a manera de curiosidad, lo que decía Sócrates citado por Platón en el diálogo de La República; está hablando Sócrates. Después de hablar que si vivimos bien en la tierra eso nos trae recompensa aquí mismo en la tierra, Sócrates dice: “Pero no sólo nos trae recompensa aquí en la tierra, también en el otro lado”, decía Sócrates. Entonces dice Sócrates: “Pues de hacerte saber, digo yo (o sea Sócrates), no un relato de Alcinó, sino desde un nuevo sujeto, Er, hijo de Armenio, panfilio de nación, que murió en una guerra, y habiendo sido levantados diez días después los cadáveres ya putrefactos, él fue recogido incorrupto y llevado a casa para ser enterrado; y yacente sobre la pira, volvió a la vida a los doce días y contó, así resucitado, lo que había visto allá; dijo que después de salir del cuerpo, su alma se había puesto en camino con otros muchos y habían llegado a un lugar maravilloso donde aparecían en la tierra dos aberturas que comunicaban entre sí y otras dos arriba en el cielo frente a ellas. En mitad había unos jueces que una vez pronunciados sus juicios, mandaban a los justos que fueran subiendo a través del cielo por el camino de la derecha tras haberles colgado por delante un rótulo con lo juzgado; y a los injustos les ordenaba ir hacia abajo por el camino de la izquierda llevando también éstos detrás la señal de todo lo que habían hecho. Y al adelantarse él (Er hijo de Armenio), le dijeron que debía ser nuncio de las cosas de allá para los hombres, y le invitaron a que oyera y contemplara cuanto había en aquel lugar; y así vio cómo por una de las aberturas del cielo y otras de la tierra se marchaban las almas después de ser juzgadas; y cómo por una de las otras dos salían de la tierra llena de suciedad y de polvo, mientras por la restante bajaban más almas limpias desde el cielo; y las que iban llegando parecían venir de un largo viaje y saliendo contentas a la pradera, acampaban como en una gran feria, y todas las que se conocían se saludaban, y las que venían de la tierra se informaban de las demás en cuanto a las cosas de allá, y las que venían del cielo, de lo tocante a aquellas otras, y se hacían mutuamente sus relatos; las unas, entre gemidos y llanto, recordando cuántas y cuán grandes cosas habían pasado y visto en su viaje subterráneo que había durado mil años; y las que venían del cielo hablaban de su bienaventuranza e indescriptible hermosura”. Entonces allí habla de un viaje subterráneo de mil años. Cosa curiosa. A título de curiosidad. Vamos a orar. ☐

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