lunes, 3 de enero de 2011

LA APERTURA DEL QUINTO SELLO

LA APERTURA DEL QUINTO SELLO


“Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían”. Apocalipsis 6:9.

Los mártires
Vamos a continuar estudiando con la ayuda del Señor, el libro del Apocalipsis. Hoy en el capítulo 6 llegamos a la apertura del quinto sello; los que puedan seguir en sus Biblias, les ruego por favor seguirla con atención. Entonces, hermanos, estamos en Apocalipsis capítulo 6 y la apertura del quinto sello está entre el versículo 9 y el 11. Leo primero de corrido y luego volvemos sobre nuestros pasos:

“9Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían. 10Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? 11Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos”.


En estos tres versos aparece entonces la apertura del quinto sello. En cuanto a crítica textual, esta versión que estamos leyendo de Reina Valera es completamente fiel. En el versículo 11 existen algunos manuscritos tardíos que modifican un poco el verbo completar, lo dicen en infinitivo; hasta que se completara, otros dicen hasta completar; pequeñas variaciones, pero esta traducción es bastante fiel, así que no tenemos que hacer ningún otro comentario de crítica textual; podemos entonces entrar de una vez allí. Aquí aparece otra vez el Cordero; porque el único que puede abrir los sellos, el único que puede mostrar lo que pasa en la historia y lo que pasa no sólo en esta dimensión sino en la otra, es el Señor. Cuando el Cordero abrió el quinto sello, ¿qué sucedió? Este quinto sello es después del cuarto y en el cuarto lo último que se había dicho era que el Hades le seguía a la Muerte, ¿verdad? Y a la muerte “8le fue dada potestad a sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad y con las fieras de la tierra”; y nos detuvimos en la consideración del Hades, porque dice que la muerte fue seguida por el Hades; y tuvimos tres reuniones considerando este cuarto sello; y ahora se continúa en el quinto sello una descripción también de lo que sucede al otro lado, digamos en el mundo de ultratumba; sólo que aquí la palabra que se utilizó no fue Hades.


Yo sé que hay distintas escuelas y voy a mencionar algunos hermanos a quienes yo respeto mucho, que son bastante serios y que piensan distinto de lo que yo pienso; tengo que ser honesto y mencionar esos nombres para que ustedes puedan oír también el punto de vista de ellos. El hermano G. H. Lang, un hermano bastante serio, él no entiende que haya habido una subida de los que estaban en el seno de Abraham al Paraíso, al tercer cielo; otro hermano muy serio, muy importante, es el hermano Oscar Culman; él tampoco ve eso en las escrituras; otro hermano muy serio y además muy leído, el hermano Witness Lee tampoco lo ve; y nuestro querido hermano Delcio Meireles, con quien tenemos comunión, que es un maestro bastante serio, también concuerda con Witness Lee en no ver ninguna subida de la cautividad al Paraíso en el tercer cielo; y ellos se basan, principalmente los dos últimos que mencioné, en un versículo que voy a mencionar aquí hoy, pero que como ustedes se pueden dar cuenta, un versículo se puede interpretar de manera absoluta o de manera relativa según el contexto. Entonces si una persona lo interpreta de manera absoluta, fuera del contexto, tiene una interpretación; si lo interpreta de manera relativa según el contexto, puede tener otra interpretación; y por eso hay que ser honestos, tener en cuenta todas las interpretaciones, dejarlo abierto de tal manera que todos los hermanos lo puedan examinar y a la vez ser sinceros y presentar de manera responsable lo mejor que entendemos, en cuanto a la responsabilidad que nos ha dado el Señor de enseñar esta palabra.


Bajo el altar
Aquí la discusión comienza con la expresión “bajo el altar”; ahí es desde el mismo inicio donde está la dificultad. “Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar”. Primero quiero llamarles la atención a que cuando en el versículo pasado habló del Hades, lo llamó el Hades y lo habló en el contexto de la muerte, junto con la muerte, y en el contexto del juicio de Dios; se le dio potestad a la muerte de matar con espada, con las bestias de la tierra, etc; ahí usó la palabra muerte y la palabra Hades de una manera muy especial; pero aquí en el quinto sello no vuelve a utilizar la palabra muerte, ni Hades, aunque se refiere a los muertos, pero los muertos en Cristo realmente duermen.     Que duermen no quiere decir que no estén conscientes; son conscientes, solamente que no son considerados separados del Señor, sino que están en la presencia del Señor. Pablo cuando iba a morir dijo: Prefiero morir y estar con Cristo; y lo mismo Esteban, cuando estaba a punto de morir, vio al Señor a la diestra del Padre en pie para recibirlo y dijo: Señor Jesús, recibe mi espíritu, y el Señor estaba en el cielo, a la diestra del Padre. Eso es otro de los motivos por los cuales creo que sí hay una ascensión al Paraíso, ahora después de la muerte, resurrección y ascensión de Cristo al tercer cielo. Los hermanos que consideran que no hubo tal ascensión, ellos separan 2 Corintios 12:2,4, donde lo dice, y al Paraíso y el tercer cielo lo ponen aparte; otros lo interpretamos como una explicación una cosa de la otra; entonces para interpretar esta palabra “bajo el altar”, no la podemos interpretar aislada, sino que la debemos interpretar con los otros versículos que hablan del altar y del juicio de Dios que estas almas bajo el altar están solicitando; sólo si interpretamos esta frase en el contexto de las demás frases vamos a entender a qué tipo de altar se refiere; porque ustedes saben que a Moisés, cuando vio en el monte Sinaí la gloria del Señor, Dios le mandó que hiciera el tabernáculo conforme al modelo que vio en el monte; de manera que él hizo en la tierra un tabernáculo según el modelo que él vio; entonces Juan ya no vio el modelo sino que vio la realidad; y vemos cómo corresponde la realidad que vio Juan con el modelo que hizo Moisés.

 Los dos altares
Vemos, por ejemplo, el trono, y vemos en el modelo el arca. Vemos, por ejemplo, las siete lámparas, vemos el candelero; vemos, por ejemplo, el mar de cristal, vemos la fuente de bronce; y hay muchas otras correspondencias entre el cielo y el modelo hecho por Moisés en la tierra; y en el modelo que hizo Moisés en la tierra había dos altares: un altar era el altar de bronce que estaba en el atrio, donde se sacrificaban las víctimas expiatorias, propiciatorias; y el otro altar era el altar de oro, que estaba en el Lugar Santo, frente al Lugar Santísimo donde se iniciaba el ministerio del incensario y se pasaba al Lugar Santísimo. Por eso a veces parece que es considerado este altar en el Lugar Santísimo en Hebreos, aunque en Éxodo es considerado en el Lugar Santo; porque realmente, como estudiamos en el campamento, el altar de oro del incienso comienza el ministerio, la liturgia, en el Lugar Santo, y luego pasa al Lugar Santísimo; o sea que puede considerarse como perteneciendo a los dos: del Lugar Santo al Lugar Santísimo. La oración de hecho se traslada del yo, del alma, al espíritu en la presencia del Señor. Entonces hay dos altares:

a) el altar de bronce, que representa el sacrificio de Cristo; Cristo murió fuera del campamento, en el monte Calvario, y realmente el altar de bronce tiene su correspondencia en la tierra con la cruz de Cristo en el Calvario; el Señor Jesús murió en el Calvario, y eso estaba tipificado por el sacrificio de los animales expiatorios en el altar de bronce; pero sobre la base de ese sacrificio, el sacerdote podía mecer el incensario y entrar al Lugar Santísimo.
b) el altar de oro; en el altar de oro no se derramaba sangre, solamente la sangre que había sido derramada en el altar de bronce con ella se ungía, se purificaba el altar de oro, los cuernos del altar; son dos altares. ¿A cuál de estos dos altares se refiere en el modelo y luego del modelo pasar a la realidad celestial? Necesitamos tomar los demás versos que hablan del altar.
Entonces tenemos el altar en el contexto del juicio que piden las almas que están bajo el altar; las almas que están bajo el altar están haciendo una oración para que el Señor haga justicia, para que el Señor vindique el testimonio de ellos, porque ciertamente, el Señor Jesús cuando murió en la cruz dijo: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”, pero también el Salmo decía que habría juicio para los que lo rechazaran. Esteban también oró diciendo: Señor, no les imputes este pecado, mostrando el aspecto de la misericordia de Dios; pero que haya misericordia no significa que no haya juicio.

Cuando no recibo de Cristo, digamos que el propiciatorio es rechazado, entonces el trono de gracia se convierte en un trono de juicio. Quien recibe la gracia recibe el perdón, quienes rechazan a Cristo, no lo reciben, pues no tienen gracia y hay juicio; de manera que los santos oran por misericordia, como el Señor Jesús: Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen; como Esteban: Señor, no les tomes en cuenta este pecado; pero eso no quiere decir que si las personas rechazan a Cristo, los santos no van a estar de acuerdo con la justicia de Dios. Dios es justo y Dios va a demostrar que los santos tenían razón. Si los santos no son vindicados, el testimonio de ellos no es respaldado por Dios; entonces los santos tienen que ser justificados por Dios, usando la palabra “justificados” no en el sentido de ser justificados de sus pecados, sino que su testimonio era verdadero.


Mártires bajo el altar de oro del cielo
Nerón decapitó a Pablo, pero luego será Pablo el que juzgará a Nerón; y habrá un momento en que todo el mundo y ellos mismos sabrán que el que tenía razón era Pablo y no Nerón; mientras los perseguidores perseguían a los cristianos, ellos pensaban que tenían razón, y Jesús dijo: “Y aun viene la hora cuando cualquiera que os mate, pensara que rinde servicio a Dios”; pero llegará el momento en que los santos estarán esperando, estarán anhelando y estarán orando para que Dios vindique el testimonio de los santos; los santos fueron testimonio de la palabra de Dios con su propia muerte, pero si Dios no los vindica parecería que hubieran sido unos ilusos que fueron engañados; entonces los santos están orando para que el testimonio de Dios, no sólo el aspecto de la misericordia, sino el de la justicia sea manifestado en aquellos que no reciben al Señor.

Entonces ¿cuál es este altar? ¿El de bronce o el de oro? Esa es la pregunta para saber dónde están los santos. El altar de bronce es la cruz, pero el de oro es de donde se levantan las oraciones; las oraciones se levantan del altar de oro; entonces vamos a ver la concordancia de este pasaje del quinto sello de Apocalipsis 6 con los otros pasajes donde se menciona el altar; y por los otros pasajes nos vamos a dar cuenta de que se refiere al altar de oro; y el altar de oro está en el cielo; por tanto, esas almas debajo del altar están en la presencia de Dios, en el tercer cielo, en el Paraíso, y no como otros hermanos a quienes respeto mucho, dicen que consideran que están debajo de la tierra. Algunos interpretan «bajo el altar» como estando debajo de la tierra; pero tenemos que interpretar este verso con los demás versos; entonces el altar de oro desde donde se elevan las oraciones para que Dios haga justicia y desde donde se ordena hacer justicia por oír Dios las oraciones, el altar de oro aparece mencionado en medio de las trompetas, en medio de la vendimia y en medio de las copas. Miren dónde aparece el altar de oro mencionado en medio de las trompetas; el altar de oro relacionado con el desarrollo de las trompetas; el altar de oro relacionado con el desarrollo de la vendimia, de la siega y la vendimia y el altar de oro relacionado con las copas de la ira; es decir, Dios oyó esas oraciones que los santos hicieron allí durante el quinto sello y entonces respondió con las trompetas, con la vendimia y con las copas. Ahí identificamos qué clase de altar es este; es el altar de oro; este altar está en el cielo; por lo tanto estas almas están bajo el altar de oro, donde el altar de oro está en los cielos.


Un altar de oro delante del trono celestial
Para ver eso, vamos primero a Apocalipsis capítulo 8, sólo para relacionar esto. Después volveremos a ello cuando iniciemos las trompetas; pero ahora lo hacemos para considerar la mención del altar en el contexto de las trompetas. Las trompetas son el anuncio del juicio de Dios, o sea, lo que ellos estaban orando. Señor, ¿hasta cuándo no juzgas y vengas nuestra sangre de los que moran en la tierra? Entonces del altar de oro subió esa oración y la respuesta fue las trompetas, la vendimia y las copas. Vamos allí a Apocalipsis 8:

“1Cuando abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora. 2Y vi a los siete ángeles que estaban en pie ante Dios, y se les dieron siete trompetas. 3Otro ángel vino entonces y se paró ante el altar, (¿qué altar es éste? ¿El de bronce o el de oro? Por lo que sigue es el de oro) con un incensario de oro; (o sea, era el altar de oro) y se le dio mucho incienso para añadirle a las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que estaba delante del trono.

4Y de la mano del ángel subió a la presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos”. Entonces noten, los santos están bajo el altar, luego su oración sube por el altar hasta la presencia de Dios; entonces el ángel toma el incensario, lo presenta a Dios y luego viene la respuesta que es el juicio, por lo cual oran los santos. Entonces dice: “4Y de la mano del ángel subió a la presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos. 5Y el ángel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y lo arrojó a la tierra; y hubo truenos, y voces, y relámpagos, y un terremoto”.

Vemos que la respuesta a las oraciones de los santos es el juicio de Dios contra lo que se opone al reino de Dios, contra lo que no vindica la justicia de Dios.


Entonces ahí comienzan a desarrollarse las trompetas en el capítulo 8 y en el capítulo 9; ahí están las siete trompetas hasta el capítulo 11; en el 11 está la séptima; las primeras están en el capítulo 8 y en el capítulo 9. En medio de esas trompetas, vemos un poquito el contexto en el capítulo 9, versículos 13 y 14:  “13El sexto ángel tocó la trompeta, (ustedes saben que las trompetas son la introducción del juicio de Dios) y oí una voz de entre los cuatro cuernos del altar de oro que estaba delante de Dios”. Vemos que el altar tenía cuatro cuernos; ¿recuerdan que lo estudiamos allá en el campamento? Cuatro cuernos; de ahí de esos cuatro cuernos era donde se agarraban los intercesores, se agarraban a orar a Dios hasta que Dios les contestaba; ahora las almas están orando debajo del altar, ¿verdad? Y Dios oye las oraciones. Miren lo qué pasó: “13El sexto ángel tocó la trompeta, y oí una voz de entre los cuatro cuernos del altar de oro que estaba delante de Dios, (¿desde dónde surge la respuesta de Dios para hacer juicio? De en medio del altar de oro, porque allí es donde llegan las oraciones) 14diciendo (esa voz, ¿dónde estaba la voz?  Porque aparece en el altar de oro, porque es allí donde se responden las oraciones que desde allí se presentan) al sexto ángel que tenía la trompeta: Desata a los cuatro ángeles que están atados junto al gran río Eúfrates. 15Y fueron desatados los cuatro ángeles que estaban preparados para al hora, día, mes y año, a fin de matar a la tercera parte de los hombres. 16Y el número de los ejércitos de los jinetes era doscientos millones. Yo oí su número.

17Así vi en la visión los caballos y a los jinetes, los cuales tenían corazas de fuego, de jacinto y de azufre. Y las cabezas de los caballos eran como cabeza de leones; y de su boca salían fuego, humo y azufre. 18Por estas tres plagas fue muerta la tercera parte de los hombres; por el fuego, el humo y el azufre que salía de su boca.

19Pues el poder de los caballos estaba en su boca y en sus colas; porque sus colas, semejantes a serpientes, tenían cabezas, y con ellas dañaban. 20Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni aun así se arrepintieron de las obras de sus manos”; que era lo que Dios buscaba con el juicio, que se arrepintieran. El inicio del juicio no es con las copas, es anunciarles el juicio para que se arrepientan hasta que lleguen las copas. “Ni aún así se arrepintieron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y e madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar; 21y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos”. Aquí nos damos cuenta de que desde el altar de oro viene la orden para aplicar el juicio, ¿ven? En el contexto de las trompetas, la orden para que el juicio eche a andar se da desde el altar de oro; dice: una voz de entre los cuatro cuernos del altar de oro que estaba delante de Dios, allí es donde se da la orden.


La siega y la vendimia
Pasemos a la vendimia; en el capítulo 14 de Apocalipsis aparecen la siega y la vendimia. Eso tiene que ver con los hijos de Dios y el resto con los demás, porque la historia tanto de la Iglesia como de la humanidad es comparada con una siembra, y esa siembra se va desarrollando hasta que llega el tiempo de la siega o de la vendimia, ¿verdad? O también con una pesca. Recuerden las palabras del Señor: “El reino de los cielos es semejante a...”, entonces el Señor habló de las dos cosas, habló de la siega y de la vendimia; la siega es para con el trigo, la vendimia es para con las uvas que son pisoteadas hasta llenar el lagar de sangre. Vamos a leer el contexto en Apocalipsis capítulo 14, desde el versículo 14, para volver a ver en el contexto de la vendimia, la relación al altar de oro; dice: “14Miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del Hombre, que tenía en la cabeza una corona de oro; y en la mano una hoz aguda”. Aquí está mostrando la venida del Señor para culminar esto, es decir, cosechar, para segar, ¿verdad? El Hijo del Hombre en las nubes viniendo con esta hoz para segar, es la venida de Cristo. “15Y del templo (este es el templo del cielo) salió otro ángel, clamando a gran voz al que estaba sentado sobre la nube:

Mete tu hoz, y siega; porque la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra está madura”. ¿Cuándo es la hora de la siega? Cuando la mies está madura, como dijo Jesús en Mateo 13, en la parábola del trigo y la cizaña. Cuando la mies está madura, el grano está maduro, se mete la hoz porque la siega ha llegado. Cuando están maduros, tanto los hijos de Dios como el mundo de la iniquidad, es la hora de la siega y la vendimia. “16Y el que estaba sentado sobre la nube metió su hoz en la tierra, y la tierra fue segada”. Entonces es cuando el Señor viene y toma los suyos; pero ¿y los demás? “17Salió otro ángel (porque no sólo los suyos son recogidos, sino también los demás son castigados) del templo que está en el cielo, teniendo también una hoz aguda. 18Y salió del altar otro ángel, (aquí aparece otra vez el altar y no podía ser de otro lugar, porque es en el altar donde se responden las oraciones) que tenía poder sobre el fuego, (porque el juicio de Dios es con fuego, ¿se dan cuenta?) y llamó a gran voz al que tenía la hoz aguda, diciendo: (aquí no se refiere al Hijo del Hombre, sino al otro ángel) Mete tu hoz aguda, y vendimia los racimos de la tierra, porque sus uvas están maduras. 19Y el ángel arrojó su hoz en la tierra, y vendimió la viña de la tierra, y echó las uvas en el gran lagar de la ira de Dios. (O sea, las copas de la ira) 20Y fue pisado el lagar fuera de la ciudad, (porque allí fue donde Jesús fue crucificado) y del lagar salió sangre hasta los frenos de los caballos, por mil seiscientos estadios”. Entonces nos damos cuenta de que el juicio, la ira de Dios, es respuesta desde el altar. “18Y salió del altar otro ángel, que tenía poder sobre el fuego, y llamó a gran voz al que tenía la hoz aguda, diciendo: Mete tu hoz aguda, y vendimia los racimos de la tierra”.

¿Desde dónde sale la orden para la vendimia? Desde el altar.


El altar en el contexto de las copas
Pasamos ahora al contexto de las copas y vemos el altar en el contexto de las copas de la ira. Lo vimos en el contexto de las trompetas, en el contexto de la vendimia, y en el contexto de las copas está mucho más clara la relación con el quinto sello por las palabras que ustedes van a oír. Entonces llegamos allí a Apocalipsis 16:4 en adelante. Ahora ya no son trompetas, ahora son copas; en las trompetas solamente es una tercera parte, en las copas es la consumación: “4El tercer ángel derramó su copa sobre los ríos, y sobre las fuentes de las aguas, y se convirtieron en sangre. 5Y oí al ángel de las aguas, (hay uno del fuego; éste es el de las aguas) que decía: Justo eres tú, oh Señor, (¿qué era lo que oraban las almas debajo del altar? Señor, ¿hasta cuándo juzgas y vengas nuestra sangre de los que moran en la tierra?) el que eres y que eras, el Santo, porque has juzgado estas cosas. 6Por cuanto derramaron la sangre de los santos y de los profetas, también tú les has dado a beber sangre; pues lo merecen. 7También oí a otro, que desde el altar (otra vez desde el altar) decía: Ciertamente, Señor Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos”. Entonces aquí es cuando el Señor está respondiendo las oraciones en el quinto sello. 

Volvamos al quinto sello, en el capítulo 6, porque antes de que esas oraciones sean respondidas eran hechas. Ahí nos damos cuenta por esos pasajes, de que el altar que se refiere al altar de oro, no es el altar de bronce refiriéndose a los muertos en el Hades, en la parte buena del Hades, en el seno de Abraham que algunos llaman paraíso, sino que es el altar de oro que está en el cielo, delante del trono de Dios; allí es donde suben las oraciones y desde allí es donde se responde; entonces por eso no quise que interpretáramos este verso sin los demás. Ahora volvamos al quinto sello: “9Cuando abrió el quinto sello”; ahora sigue mostrando la escena de ultratumba; en el Hades se mostraba la parte negativa de ultratumba, aquí muestra el otro lado de ultratumba; tenía que mostrarlo también porque en el rollo está la revelación integra. Bueno, sabemos que los que están bajo juicio van a la muerte y de ahí pasan al Hades; ¿y los que murieron por causa del Señor qué? ¡Ah! entonces el Señor completa la revelación con el quinto sello; el número 5 es el número de gracia.

Jesús como un Cordero fue sacrificado en la cruz, como en el altar de bronce; el altar de bronce era de gracia. “9Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían”. Esta expresión en el Nuevo Testamento, cuando tú la sigues en una concordancia, ves que se refiere al evangelio. Algunos han interpretado, entre ellos William Marrion Branham, que ya que dice así: la palabra de Dios y no menciona el evangelio ni menciona la palabra cristiano, se refería quizá a los judíos y así lo interpretó Branham, que estas almas bajo el altar fueron los judíos que fueron perseguidos por Hitler y otras persecuciones que tuvieron; pero la palabra de Dios, implica el evangelio; esa es la palabra de Dios cumplida como dice Colosenses. Entonces dice aquí, que estos muertos habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían. Algunos pocos manuscritos tardíos dicen por el testimonio del Cordero que tenían; quizá para que pareciera más cristiano, algún escriba se lo añadió; pero no son todos los manuscritos de los más antiguos, sino alguno que otro por ahí que le agregaron la palabra “Cordero”, testimonio del Cordero; pero realmente no es la mayoría ni los más antiguos manuscritos. “Las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían. 10Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas?”


Clamor de juicio
Este clamor es el que acontece debajo del altar, delante de Dios antes de las trompetas y antes de las copas, porque recién es en el séptimo sello cuando se inician las trompetas, y después en la séptima trompeta cuando se inician las copas; por lo tanto, lo que acabamos de ver ya en el contexto de las trompetas, de la vendimia y de las copas, se refiere a la contestación de esta oración que aquí apenas se está dando bajo el altar. Muchas cosas suceden bajo el altar, pero Dios no nos reveló sino éstas; ciertamente que ellos cantan, ellos adoran, pero hay algo que está pasando; si Dios los llevó a descansar y están descansando, tienen que descansar más, pero todavía la justicia de Dios no está satisfecha, ni ellos están satisfechos porque su testimonio no ha sido vindicado, entonces dicen: “¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero...?” ¿Por qué no dice: Señor misericordioso? porque aquí están diciendo: Señor, ¿y la parte de la justicia, tu cara de la justicia qué? por eso el contexto dice Santo y verdadero. Señor, sabemos que eres misericordioso y todavía no estás juzgando, pero tú no eres sólo misericordioso, Señor, tú eres santo y nos revelas el pecado; ellos desecharon el evangelio y por nuestro testimonio nos destruyeron y la tierra sigue como si nada, y tú, Señor, que eres verdadero, a pesar de que no eres mentiroso, eres santo y verdadero, ¿por qué no juzgas? Noten, ellos no se vengan, pero no quiere decir que no exista venganza. El Señor dice: No os venguéis vosotros mismos, dejadme a mi dar el pago; y ellos no se vengaron. Señor, tú dijiste que no nos vengáramos, nos cortaron la cabeza, nos quemaron vivos, nos echaron a los leones, nos pusieron como antorchas en los jardines de Nerón, etc. etc., ¿verdad? Nosotros los dejamos a ellos hacer porque ¿qué dijiste? Tuya es la venganza, Señor. “Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo”. “¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? 11Y se les dieron vestiduras blancas”.

Vestiduras blancas
En este contexto las vestiduras blancas no son las de la justificación, porque hay otro contexto de las vestiduras blancas. Vamos a ver eso en Apocalipsis 3; cuando ya vimos esto en el mensaje a Sardis, allí el Señor se refiere a las vestiduras blancas como una recompensa del futuro; claro que si estamos emblanquecidos por la sangre del Cordero entonces el Señor nos hace dignos de vestirnos de vestiduras blancas; pero Él habla de las vestiduras blancas no en el contexto de la justificación, sino de un galardón. Vamos a ver eso en Apocalipsis 3, donde el Señor está hablando en el verso 4: “4Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; (o sea, siendo justificados no viven en pecado) y andarán (no dice “andan”, o sea que sí son justificados y se mantienen justos y justificados) conmigo (aquí habla en futuro) en vestiduras blancas, porque son dignas. 5El que venciere será (lo dice en futuro) vestido de vestiduras blancas”. Entonces ahora estos santos de Apocalipsis 5:9 vencieron, murieron, creyeron en el Señor, ya están justificados; pero, Señor, todavía el mundo no sabe que nosotros tenemos la razón, todavía están pensando que fuimos unos ilusos, entonces ¿hasta cuándo no vengas y juzgas nuestra causa y vengas nuestra sangre? Pero vemos que se les dieron vestiduras blancas. Éstas no son las de la justificación, porque ellos eran santos que tienen el testimonio de Dios, ¿ven? Entonces esas vestiduras blancas se refieren al reconocimiento del Señor, primero allá bajo el altar; después, en su venida, será un reconocimiento público; pero ellos están clamando allá, entonces se les reconoce su justicia allá, son vindicados allá primero y luego acá; por eso dice: “11Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo”. Ese todavía quiere decir que ya estaban descansando, ¿amén? Sólo les pide que descansen todavía un poco de tiempo. Ahora, como para el Señor un día es como mil años, un poco de tiempo pueden ser unos cuantos días, como pueden ser también unos cuantos años; no sabemos. Eso depende del Señor.

Completar el número de los mártires
El hecho es que el Señor nos está mostrando que Él quiere que sigan descansando, pero hubo algo que aconteció allí. Antes estaban descansando y no se les había vindicado con vestiduras blancas; después el Señor oyó su clamor y les pidió que tuvieran todavía un poco más de descanso y les dio ya vestiduras blancas; como quien dice: Reconozco que ustedes son los que tienen la razón, pero descansen todavía, porque es que hay un número que Dios tiene predestinado de personas que han de ser muertas; por eso dice acá:

“que descansen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos”; o sea que Dios puso un colmo; mientras tanto no juzgo como dijo a Abraham de los amorreos: todavía no ha llegado al colmo la maldad de los amorreos, por eso todavía tu pueblo, tu descendencia va a quedar como esclavo allá en Egipto.

Cuando ya llegue el colmo de la maldad de los amorreos esa es la hora de juzgarlos, y yo voy a sacar a Israel de Egipto y los voy a juzgar en Canaán; pero no los va a juzgar antes sino cuando llegue el colmo; entonces Dios estableció un colmo para juzgar y ese colmo fue un determinado número de mártires; o sea que Dios dijo: les voy a dar tal número de testigos, porque ¿cuántos mártires ha habido y todavía no se ha completado el número? No sabemos si alguno de nosotros está dentro de ese número o nuestros hijos o nietos, si Dios nos concede; no sabemos aún; la cuestión es que Dios estableció un número. Cuando se complete este número; quizá uno falte, dos, cinco, no sabemos. Cuando se complete ese número entonces la ira de Dios es ya, quiere decir: hasta aquí no más; o sea que Dios establece una medida, como ustedes recuerdan que dice allí en Daniel, ¿recuerdan? Vamos a leer en el contexto ese pasaje en Daniel 11:35, que dice: “También algunos de los sabios caerán para ser depurados y limpiados y emblanquecidos, hasta el tiempo determinado, porque aun para esto hay plazo”. La palabra “tiempo” suele traducirse en el griego de dos palabras, de cronos [χρόνος], que se refiere al tiempo cronológico, tiempo astronómico, y la palabra kairos [καιρός] que se refiere al tiempo de la oportunidad. Cuando dice que la mies está madura, llegó el tiempo, no se refiere a un tiempo cronológico, sino a un tiempo de oportunidad. Cuando la mies está madura llegó el tiempo; el tiempo cronológico es exacto, pero el tiempo kairos, no el cronos, es cuando llegue la sazón espiritual, ese es el tiempo real: “aun para esto hay plazo”; entonces quédese ahí, “aun para esto hay plazo”; o sea que hay un tiempo kairos.


La paciencia de Dios
Dios dice: hasta este colmo voy a esperar; y dice que Dios es paciente, como lo dice allí Pedro: esperando que se arrepientan, y algunos tienen por tardanza porque se demora mucho, pero el Señor es paciente, no queriendo que ninguno perezca sino que todos procedan al arrepentimiento. Por eso cuando vemos esas trompetas sonando y luego al final, como lo describe el Apocalipsis, ni aún así se arrepintieron, o sea que lo que Dios buscaba era el arrepentimiento, como lo dice también Pedro, Dios busca el arrepentimiento; pero llega un punto en que hacen tales iniquidades y matan a tal número de testigos, que sólo el número está oculto; porque ciertamente después habla de 144.000, pero no se refiere a este número de aquí, sino a los escogidos de Israel; o sea que no hay que confundir esos dos números. Este número es un número indefinido que nosotros no conocemos, que Dios no lo reveló en la Biblia, por lo tanto no hay que especular; pero sí sabemos que hay un número, una cifra equis, que cuando se alcance esa cifra, el último mártir, viene el fin. ¡Pero también éste!  ya no, ya no soporto más. Ahí sí, entonces el altar de oro dice: bueno, ahora sí mete tu hoz y toca la trompeta para la hora, día, mes y año, plagas, fuego y todas estas cosas; y luego, como lo dice más adelante después la sexta copa, porque derramaron la sangre de los santos, por eso les diste a beber sangre. ¿Desde dónde se dijo eso? Desde el altar; entonces por eso dice acá en Apocalipsis 6:11: “Hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos”.

Hermanos, esta frase, y termino con esto, es otra frase que muestra que realmente existe una predestinación positiva, o sea que Dios conoce el número de muertos que habrá. Por eso Él anuncia: hasta que se complete el número de los que habían de ser muertos como ellos, hasta que se complete el número de sus consiervos y hermanos; o sea que Dios ha predestinado un número de mártires que habrían de glorificarlo con su martirio, con su muerte; y cuando llegue ese colmo, ese número, entonces ese juicio viene; mientras tanto las almas están orando a Dios bajo el altar.


Una interpretación absoluta
Ahora para terminar, voy al versículo que utilizan los hermanos que piensan que no ha habido ascensión, y que les dije al principio que se puede interpretar en sentido absoluto o en sentido relativo. Vamos a Hechos de los Apóstoles y en el capítulo 2 aparece el discurso de San Pedro. Les voy a leer el contexto para entenderlo mejor. En el capítulo 2 está el discurso en el día de Pentecostés; entonces voy a leer desde el versículo 25: “25Porque David dice de él: (de Jesús) Veía al Señor siempre delante de mí; porque está a mi diestra, no seré conmovido. 26Por lo cual mi corazón se alegró, y se gozó mi lengua; y aun mi carne descansará en esperanza; 27porque no dejarás mi alma en el Hades, ni permitirás que tu Santo vea corrupción. 28Me hiciste conocer los caminos de la vida; me llenarás de gozo con tu presencia”. Esa era la profecía de David en los Salmos acerca de la resurrección de Cristo. Ahora dice San Pedro: “29Varones hermanos, se os puede decir libremente del patriarca David, que murió y fue sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy”.

Entonces aquí aparece David hablando un Salmo en la época de su vida y ese Salmo no se refería a él, sino que se refería al Cristo; entonces San Pedro, para mostrar que se refería al Cristo, muestra que él murió, fue sepultado, y el  sepulcro de David está con ellos hasta el día de hoy. Esto lo digo y lo subrayo para tener en cuenta el contexto de la interpretación de otro verso que está llegando: “30Pero siendo profeta, y sabiendo que con juramento Dios le había jurado que de su descendencia, en cuanto a la carne, levantaría al Cristo para que se sentase en su trono, 31viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, (fíjense en esto, subrayo la palabra “antes”, o sea que estas palabras se las dijo antes, en una época para referirse a Cristo y no a él, porque él murió y fue sepultado) que su alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción. 32A este Jesús (el hijo de David, del que hablaba David) resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos. 33Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros ves y oís”. Este es el verso clave que usan los hermanos: “34Porque David no subió a los cielos; pero él mismo dice: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a todos tus enemigos por estrado de tus pies”. Por esta frase: “Porque David no subió a los cielos”, si se interpreta esta frase aislada: “David no subió a los cielos”, en forma absoluta, sin el contexto de la época en que lo estaba profetizando, algunos dicen, entonces no hubo tal ascenso de personas del seno de Abraham al paraíso en el tercer cielo. Ese es el verso que usan los hermanos Witness Lee y Delcio Meireles, y ellos lo interpretan de manera absoluta; pero ¿qué es interpretar de manera relativa un versículo? Voy a decir una frase para que se pueda entender lo que quiere decir una frase interpretada en absoluto o en relativo; por ejemplo, entre los caballitos de mar, los machos dan a luz. Los caballitos de mar es la única especie donde los machos quedan embarazados de las hembras; la hembra siembra el óvulo en el caballito de mar macho, entonces el caballito de mar empieza a pujar hasta que sale el otro caballito de mar y son muy fieles; es el único caso en la naturaleza en que el macho queda embarazado y da a luz; en el resto de la naturaleza es la hembra la que queda embarazada y da a luz, excepto en los caballitos de mar; entonces si yo pongo esta frase: los machos quedan embarazados, y lo interpreto así en la forma absoluta, estoy diciendo un error; pero si la interpreto según la siguiente frase de la frase del contexto: Entre los caballitos de mar, ¡ah! entonces ya no podemos interpretar los machos de manera general, sino de manera relativa refiriéndose sólo a los machos de los caballitos de mar; entonces por eso esa frase: los machos quedan embarazados no puede interpretarse de manera absoluta, sino según el contexto; en el contexto dice: entre los caballitos de mar; y así podemos citar muchos ejemplos, pero creo que con ese es suficiente.
Entonces si nosotros tomamos esta frase: David no subió a los cielos, y la interpretamos de manera absoluta, ciertamente podemos decir, entonces el Señor no llevó cautiva la cautividad, y Pablo cómo iba a esperar ir con Cristo, y cómo Esteban iba a esperar ser recibido, y cómo el Señor cuando venga va tomar sus escogidos de los extremos del cielo para traerlos con Él en su venida. No se podría interpretar así, pero esta frase fue dicha respecto de David en el contexto relativo al tiempo de su profecía acerca de Cristo; entonces él esta diciendo que Cristo cumplió esa profecía porque David murió, y fue sepultado; o sea que David no subió a los cielos se interpreta en el sentido relativo; en el contexto que dice: Siéntate a mi diestra, no es David, sino el hijo de David; entonces si interpretamos esta frase de manera absoluta podríamos estar de acuerdo con los hermanos que interpretan así, aunque ¿cómo acomodar los demás versos? pero es la única manera, de interpretarlo de manera absoluta; o se puede interpretar de manera relativa al contexto de la época de la profecía y que la mención de la muerte y la sepultura de David es solamente para decir que no es él de quien él está hablando en su época antigua antes, sino que habla del Mesías, del Cristo. Entonces, hermanos, de todas maneras yo por honestidad tengo que decirles esto para que ustedes conozcan las escuelas, los hermanos que son serios, respetables y ustedes también examinen y cada uno vea cómo lo entiende mejor. Vamos a orar y dar gracias al Señor. ☐

2 comentarios:

  1. en toda la explicacion,pude sentir el sentimiento.de indignacion por la ignorancia y sobervia de los que no tienen espiritu de interpretacion,demasiados pastores apostoles para mi gusto,pero pocos interpretan con espiritu y en verdad,pasiencia hermano,esta lleno de ellos.

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  2. Gracias hno. por este estudio de la palabra en apocalipsis, me ha sido de gran edificacion a mi vida , que el Señor en Su Gracia y Bondad siga sustentando tu vida y Salud, Asi como EL ACOSTUMBRA CON LOS QUE AMAN SU NOMBRE Y SU VENIDA. ¡ BENDICION !

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