lunes, 3 de enero de 2011

LA PRIMERA COPA DE LA IRA

LA PRIMERA COPA DE LA IRA


“1Y oí una gran voz que decía desde el templo a los siete ángeles: Id y derramad sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios. 2Fue el primero, y derramó su copa sobre la tierra, y vino una úlcera maligna y pestilente sobre los hombres que tenían la marca de la bestia, y que adoraban su imagen”. Apo. 16:1-2.

Comentario de crítica textual
Vamos a continuar con la aproximación al libro del Apocalipsis, y vamos al capítulo 16:1-2. Hoy estaremos considerando los dos primeros versos. Voy a leer los dos versos para hacer el comentario de crítica textual a esta traducción de Reina-Valera, versión de 1960.

Realmente es muy poco el comentario, solamente una pequeña cosa: “1Y oí una gran voz que decía desde el templo”; así lo dice la mayoría de los manuscritos antiguos: Naos, desde el templo; pero hay algunos pocos manuscritos tardíos que dicen: desde el cielo, no desde el templo, sino desde el cielo; así es que hay esa discrepancia en algunos manuscritos, pero la mayoría y los más antiguos lo dicen como se traduce aquí: “1Y oí una gran voz que decía desde el templo a los siete ángeles: Id y derramad sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios”. La palabra que aquí se traduce copa, puede dar la impresión, como lo recordaba Jorgito, de que es una copa pequeña; hay dos palabras que se pueden traducir: “copa”; la palabra poterion que se suele traducir “cáliz”, y la palabra fiala que se puede traducir “copa”, pero no una copa pequeña, sino como se traduce “taza” o “tazón”; así que aquí no se usa la palabra poterion; sino la palabra fiala, las siete fialas, o sea, las siete tazas de la ira; no es algo pequeño; la palabra “taza” es algo serio; como se dice: al que no quiere caldo se le dan dos tazas; bueno, esa palabra que aquí en Reina-Valera se traduce copa, es traducción de fiala, que se puede traducir apropiadamente “tazas” o tazones de la ira de Dios.


“2Fue el primero, y derramó su copa sobre la tierra, y vino una úlcera...”; la palabra que aquí se traduce “úlcera” es la palabra elkos; se puede traducir de varias maneras; es una palabra bastante genérica que puede traducirse también herida, se puede traducir también llaga, a veces, incluso, algunos entienden la palabra como tumor; un tumor que puede llagarse; el cáncer, inclusive, está incluido en esa palabra elkos. Aquí se traduce la palabra “úlcera”, pero no es una úlcera definida, sino que varias clases de úlceras pueden estar comprendidas dentro de esa palabra elkos. “2Fue el primero, y derramó su copa sobre la tierra, y vino una úlcera maligna y pestilente sobre los hombres que tenían la marca de la bestia, y que adoraban su imagen”.


Paralelo entre las trompetas y las copas
Hermanos, aquí empiezan ya a derramarse las copas, las tazas o tazones; aparecen en el tiempo final de la gran tribulación; ya ha habido tiempo en que el anticristo está funcionando, en que la marca de la bestia ha sido puesta y la gente está comprando y vendiendo a través de la marca de la bestia; o sea que esto se refiere específicamente hacia el final de la gran tribulación. Las siete trompetas introducen la tribulación, pero las siete copas consuman la tribulación. Cuando comparamos las siete trompetas con las siete copas, hay una correspondencia, no absoluta, pero sí relativa y bastante grande. La segunda trompeta va con la segunda copa, la tercera trompeta va con la tercera copa, la cuarta trompeta va con la cuarta copa, la quinta trompeta va con la quinta copa, la sexta trompeta va con la sexta copa; solamente hay unas pequeñas variaciones en la correspondencia de la primera trompeta y la primera copa, y la séptima trompeta y la séptima copa; la séptima trompeta incluye todas las copas, pero en las trompetas nosotros vemos solamente una introducción del juicio; el juicio de las trompetas, excepto la séptima, no es un juicio completo, pero en cambio el juicio de las copas sí es un juicio completo.

Cuando estudiamos la primera trompeta, vimos que en ella había tremendo granizo; la primera trompeta, ustedes lo pueden mirar en la Biblia, en el capítulo 8 era de granizo; verso 7: “El primer ángel tocó la trompeta, y hubo granizo y fuego mezclados con sangre, que fueron lanzados sobre la tierra; y la tercera parte de los árboles se quemó, y se quemó toda la hierba verde”. Aquí en las copas el granizo aparece al final.


En el libro de Job, ustedes recuerdan que se nos habla de granizo tanto en el inicio como en el final de la batalla; por eso aquí en la primera trompeta aparece granizo, y en la séptima copa aparece granizo como nunca lo hubo jamás; de una manera más terrible es el granizo de la séptima copa que el de la primera trompeta; solamente allí no hay una correspondencia entre trompeta y copa. Dios deja el granizo final para la séptima copa; y es muy interesante porque con las primeras trompetas Dios no tocó todavía al hombre mismo; las primeras trompetas solamente tocaban el ambiente del hombre. Si ustedes recuerdan, mirando allí el capítulo 8, al principio dice, granizo lanzado sobre la tierra, sobre los árboles, sobre la hierba verde; todavía no es al hombre. Dios antes de tocar al hombre va tocando las cosas que el hombre disfruta y que el hombre posee; Él llama la atención primero por los bordes; Dios no empieza con un castigo fuerte, Dios comienza por los bordes, comienza por los árboles; pero luego en la segunda trompeta ya es el mar; la tercera trompeta son las fuentes de las aguas; la cuarta trompeta es el sol, la luna y las estrellas; recién en la quinta trompeta es cuando cae la estrella del cielo, ¿verdad? Cuando la caída de Satanás a la tierra, ahí recién empieza a ser tocado el hombre. Los hombres son heridos por aquellos espíritus como langostas que salen del abismo y hieren a los hombres y los atormentan como tormento de escorpión, y por cinco meses están queriendo morir y no pueden morir; solamente los mártires son bienaventurados por morir y descansan de sus trabajos; los demás no pueden morir. Pero entonces aquí en las copas, ya empieza Dios tocando directamente al hombre, tocando la piel del hombre, porque ustedes recuerdan, y vamos a leerlo, lo que Satanás le dijo a Dios respecto de Job, y también miremos como empieza allí.


Juicio de Dios tocando directamente al hombre
Vamos al libro de Job y vamos a mirar el inicio del capítulo 2; vamos a mirar algo curioso que Satanás le dice a Dios respecto de Job: “1Aconteció que otro día vinieron los hijos de Dios para presentarse delante de Jehová, y Satanás vino también entre ellos presentándose delante de Jehová. 2Y dijo Jehová a Satanás: ¿De dónde vienes? Respondió Satanás a Jehová, y dijo: De rodear la tierra, y de andar por ella. 3Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal, y que todavía retiene su integridad, aun cuando tú me incitaste contra él para que lo arruinara sin causa?” Satanás primeramente tocó sus cosas. En el capítulo 1 tocó su familia, sus propiedades, sus casas, etc., pero todavía no a él, pero “4Respondiendo Satanás, dijo a Jehová: Piel por piel, todo lo que el hombre tiene dará por su vida”. Quiere decir que Satanás conoce al hombre común, al hombre pecador; él no conocía al hombre fiel. Dios conocía a Job, pero Satanás pensaba que Job iba a ser igual que los demás, pero Jehová le dijo: “No hay otro como él en la tierra”.

Significa que los justos se diferencian de los pecadores. Satanás muy fácilmente se las arregla con los pecadores, pero él quiere arreglársela con los santos; y Dios le puso una prueba a Satanás, para que fuera abofeteado Satanás con la fidelidad de Job, o con la fidelidad de los santos; pero miren lo que decía: “piel por piel, todo lo que el hombre tiene dará por su vida. 5Pero extiende ahora tu mano, y toca (ya no sus cosas, ya no los árboles, ya no las casas, sino) su hueso y su carne, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia”. En las trompetas Dios empezó por los lados, pero en las copas ya no; en las copas Dios empieza el juicio tocando directamente al hombre; ya las trompetas fueron un anuncio suficiente de juicio; ya se esperaba arrepentimiento en las trompetas y no lo ha habido; entonces la trompeta es completada por la copa. 


Entonces Dios comienza aquí por úlceras. Dice Apocalipsis 16:2: “Fue el primero, y derramó su copa sobre la tierra, y vino una úlcera maligna y pestilente sobre los hombres que tenían la marca de la bestia, y que adoraban su imagen”. Ustedes recuerdan que hemos leído otros versículos que dicen que así como hizo con Israel, haría otra vez en el tiempo del fin.


Las úlceras
En el tiempo en que Dios libró a su pueblo Israel, castigó con plagas a Egipto; y entre las plagas aparecía esta plaga de las úlceras. Vamos a leerlo en Éxodo 9; allí se encuentran las plagas. Fíjense en cómo venían las plagas de afuera para adentro; en el capítulo 7 aparecen las plagas, la de sangre primero, eso toca las aguas; la de ranas, toca las aguas y los campos; la de piojos, ya pasa de los campos a las cabezas; luego ya son moscas, pasó de piojos a moscas y de moscas a ganado; pero hasta ahí Janes y Jambres pudieron hacer lo mismo; pero ahora hace Dios algo por Moisés que ya no pudieron imitar los falsos; y es la plaga de úlceras, que está desde Éxodo 9:8:
“8Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Tomad puñados de ceniza de un horno, y la esparcirá Moisés hacia el cielo delante de Faraón; 9y vendrá a ser polvo sobre toda la tierra de Egipto, y producirá salpullido con úlceras en los hombres y en las bestias, (hasta aquí, bueno, no había tocado al hombre mismo, pero desde aquí empieza a tocar a los hombres) por todo el país de Egipto. 10Y tomaron ceniza del horno, y se pusieron delante de Faraón, y la esparció Moisés hacia el cielo; y hubo salpullido que produjo úlceras tanto en los hombres como en las bestias. 11Y los hechiceros no podían estar delante de Moisés a causa del salpullido, porque hubo salpullido en los hechiceros y en todos los egipcios. 12Pero Jehová endureció el corazón de Faraón, y no los oyó, como Jehová lo había dicho a Moisés”.

Ahora aparecen aquí los mismos magos, los que habían imitado las primeras plagas a través de sus hechicerías, ahora ellos mismos aparecen afectados por las úlceras; ellos solamente pudieron imitar las primeras, después ya no pudieron imitarlas más y tuvieron que confesar que ese era el dedo de Dios. Y aquí comienzan las tazas con el dedo de Dios, las úlceras. Esta es una cosa que se va a repetir otra vez; las plagas que hubo en Egipto se repiten otra vez al final. Pero hay una cosa curiosa; cuando tú lees las plagas de Egipto, venía una plaga y ellos se arrepentían, pedían que la quitara; entonces Dios la quitaba por mano de Moisés y de Aarón, y entonces ellos seguían en lo mismo, y Dios enviaba otra plaga. Entonces cuando la estaban sufriendo y ya no soportaban más, allí pedían perdón, se arrepentían y le pedían a Moisés que se las quitara. Moisés se las quitaba y descansaban por un rato; después venía una tercera plaga; o sea que las plagas en Egipto fueron alternadas; no fueron juntas una con la otra; pero no va a ser así en las siete copas o en las siete tazas de la ira de Dios, porque fíjense conmigo en Apocalipsis 16:2; allí aparecen las úlceras malignas, ¿verdad? Pero si tú pasas al versículo 11, en el contexto de la quinta plaga, dice desde el 10: “10El quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la bestia; y su reino se cubrió de tinieblas, y mordían de dolor sus lenguas, 11y blasfemaron contra el Dios del cielo por sus dolores y por su úlceras...”. Vemos que mientras la quinta copa estaba sonando, la primera copa seguía en vigencia; la primera con la quinta estaban juntas; en cambio no así en Éxodo. En Éxodo eran alternadas, pero aquí las úlceras continúan durante la quinta copa; es decir que comienzan en la primera pero no terminan; parece que estas úlceras son incurables; claro que Dios puede curar todo, pero los hombres, si se las pudieran curar se las quitarían. Hay úlceras que permanecen en las personas hasta el día de su muerte.


Las úlceras de Lázaro
Tenemos un caso que lo podemos ver aquí en Lucas capítulo 16, que es un pasaje bien conocido de los hermanos, donde se mencionan las úlceras. Lucas 16:19: “19Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. 20Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquel, lleno de llagas, (esta palabra que aquí se traduce “llagas” es la misma que allá se traduce “úlceras”; la palabra elkos; la palabra elkos es una palabra genérica que abarca muchas clases de enfermedades cutáneas, dermatológicas; entonces aquí esta palabra “llagas” es la misma palabra que allá son úlceras) 21y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas. 22Aconteció que murió el mendigo”; o sea, murió de esta enfermedad, no fue sanado, fue una enfermedad que lo llevó a la tumba, pero él descansó. Job también tuvo llagas; ustedes recuerdan que fue tocado en su piel; dice que fue una sarna maligna desde la cabeza hasta los pies, y él se rascaba con un tiesto; era una cosa terrible la que sufrió Job; sin embargo, él era un hombre de Dios; aquí la sufrió Lázaro, pero también a él lo vemos en el seno de Abraham descansando. Bueno, si Job no fue eximido de llagas, si este mendigo que está descansando en el seno de Abraham no fue eximido de llagas, ¿será el mundo eximido de llagas? No lo será. Si Egipto, por no librar a Israel, recibió úlceras, ¿no las recibirá el mundo? Entonces el mundo tiene que recibir también estas úlceras, ¿amén?

Volvamos a Apocalipsis 16:2: “Fue el primero, (empieza ahora por el hombre; antes por las cosas, ahora por el hombre) y derramó su taza (su tazón, su copa) sobre la tierra, y vino una (herida, o llaga, o) úlcera maligna (no benigna; aquí está mostrando la gravedad de ese tipo de enfermedad, pero ¿a quiénes específicamente les viene esta enfermedad?) sobre los hombres que tenían la marca de la bestia, y que adoraban su imagen”. Esa es la frase que nos indica que esta copa se derrama hacia el final de la tribulación, porque ya los hombres tienen la marca y ya los hombres adoran su imagen. Eso significa que ha pasado buena parte del gobierno del anticristo, y esto es hacia el final; las copas son la consumación de la ira, las trompetas la introducción; entonces dice aquí que los que recibían las úlceras eran los que tenían la marca y que adoraban su imagen; o sea que ellos se pusieron la marca de la bestia en su cuerpo, y Dios tuvo que mostrar también que Él no aprobaba esa marca, y lo hizo también en el cuerpo de ellos; puso también una señal. Caín mató a Abel y Dios le puso una señal, ¿recuerdan? Y ahora ellos se pusieron una señal, pero Dios les puso otra. Ellos se pusieron una señal para poder negociar, para poder comprar y vender, pero Dios les puso otra señal, otra marca diferente que fue estas úlceras, estos problemas.


El microchip
Ya una vez les conté, y este es el momento de volverlo a contar: que un ingeniero, no recuerdo el nombre ahora, que trabajó en la NASA (yo tengo ese artículo en la biblioteca), él trabajó en la creación y el desarrollo del microchip que debe ser implantado en las manos de las personas para ser controladas, como ahora son controlados los delfines, los patos; los científicos quieren saber donde está la manada de patos, y por medio del microchip que le pusieron al líder de los patos, pues, saben dónde están los patos, dónde están los delfines.

Pero ellos quieren hacer eso con los seres humanos; y decía este ingeniero que ese microchip funciona a través de una pequeña pila de litio; y el litio es un elemento que justamente produce úlceras. Hubo soldados a quienes hicieron el experimento, y resultaron ulcerados. Si hay una liberación de ese litio, produce úlceras en la persona; ya lo descubrió un ingeniero de la NASA; él estaba denunciado ese asunto; pero no solamente eso, también a través de ese microchip se puede matar a una persona por medio de una enfermedad. Un satélite puede entregar la orden de matar a esa persona; ya han matado perros desde satélites; desde un satélite se transmite la orden y lo desaparece. Así que una persona que esté marcada, que esté con un microchip en su cuerpo, que está siendo vigilada satelitalmente, no solamente está siendo vigilada, sino que puede ser matada; pero si no es matada, esa pila de litio que se está usando ahora, puede crear úlceras en las personas; y lo curioso es que aquí Apocalipsis hace la correlación de las úlceras con los que tienen la marca, los que tienen la marca de la bestia y adoran su imagen; esos son los que tienen estas úlceras.


Miremos Deuteronomio 28:15,27. La razón por la cual Dios tiene que cumplir las promesas que Él había hecho, lo que Él prometió aquí en Deuteronomio 28, es por lo que se está cumpliendo plenamente en esta primera taza, esta primera copa de la ira. Fíjense en esa promesa que Dios había hecho en Deuteronomio 28; si Dios había dicho esto, tenía que tener cumplimiento. Aquí en Deuteronomio estamos viendo la promesa, y en la primera copa estamos viendo el cumplimiento. Deuteronomio 28:15,27: “15Pero acontecerá, que si no oyeres la voz de Jehová tu Dios, para procurar cumplir (puede ser que a veces desobedece, pero está procurando cumplir) para procurar cumplir todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te intimo hoy, que vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te alcanzarán”; y desde el verso 16 comienza a desglosar esas maldiciones, pero llega al versículo 27 y dice así: “Jehová te herirá con la úlcera de Egipto, con tumores, con sarna, y con comezón de que no puedas ser curado”. Dios había hecho esa promesa clarísima: “Jehová te herirá con la úlcera de Egipto, con tumores, con sarna, y con comezón de que no puedas ser curado”.


El castigo con úlceras a los filisteos
Todos estos son problemas de tipo dermatológico. ¿A quién le sucedió esto? al que no oiga la voz del Señor; al que no procure cumplir sus mandamientos, le vendrán estas maldiciones. ¿No es eso lo que han desechado los hombres? ¿No tenía que cumplirse esta palabra de Dios? entonces en la primera copa vemos que se cumple este aspecto, este aspecto de los problemas dermatológicos, problemas de úlceras, de tumores, de sarna, de comezón. Ya Dios castigó con esto en el pasado, no sólo a los egipcios con aquella plaga que leímos, sino también a los filisteos. Vamos a ver ese castigo del Señor a los filisteos en 1 Samuel 5:

“1Cuando los filisteos capturaron el arca de Dios”; no es porque Dios no hubiera podido defenderse; porque vemos que aquí se va a defender muy bien, sino porque el pueblo fue infiel; entonces Dios permitió que, lo que el pueblo tenía, le fuera quitado al pueblo por otro. “1Cuando los filisteos capturaron el arca de Dios,  la llevaron desde Eben-ezer a Asdod”. Eben-ezer es de Israel, y Asdod es de Filistea, de Palestina; una de las cinco ciudades de la pentápolis filistea. “2Y tomaron los filisteos el arca de Dios, y la metieron en la casa de Dagón, y la pusieron junto a Dagón”. Porque ellos, bueno, querían honrarla; ellos eran politeístas, y así como adoraban a Dagón iban a adorar también a Yahveh, como si fuera igual, entonces lo pusieran al lado. “3Y cuando al siguiente día los de Asdod se levantaron de mañana, he aquí Dagón postrado en tierra delante del arca de Jehová; y tomaron a Dagón y lo volvieron a su lugar. 4Y volviéndose a levantar de mañana el siguiente día, he aquí que Dagón había caído postrado en tierra delante del arca de Jehová; y la cabeza de Dagón y las dos palmas de sus manos estaban cortadas sobre el umbral, habiéndole quedado a Dagón el tronco solamente”. Fue quebrantado; así oramos al Señor, que quebrante cualquier nombre que se levante para engañar a las gentes, especialmente en religión, como Mahoma, como Buda y otros. ¡Que sean quebrantados a los pies del Señor Jesús!


“5Por esta causa los sacerdotes de Dagón y todos los que entran en el templo de Dagón no pisan el umbral de Dagón en Asdod, hasta hoy”. ¿Se acuerdan de qué fue lo que pasó? pero miren el verso 6, que es al que quiero llamarles la atención: “6Y se agravó la mano de Jehová sobre los de Asdod”; noten, los israelitas no defendían el arca, era el arca la que defendía a los israelitas, y el arca se defiende sola; pero miren de qué manera se defiende: ese es el contexto de esta primera copa: “6Y se agravó la mano de Jehová sobre los de Asdod, y los destruyó y los hirió con tumores en Asdod y en todo su territorio”.

Empezaron todos a enfermarse y empezaron a acontecer cosas terribles para que se dieran cuenta de que habían tomado el arca indebidamente; si Dios no hubiera hecho nada, ellos hubieran pensado que tenían más poder que el arca, pero ellos tenían el arca ahí y parecía que el arca estaba quieta; pero la mano de Jehová empezó a moverse y se dieron cuenta. A veces las personas no se dan cuenta de qué es lo que está pasando; están en algo indebido y la mano de Jehová está encima.


Cinco tumores de oro
Hay que darse cuenta; y miren lo que hicieron ellos: “7Y viendo esto los de Asdod, dijeron: No quede con nosotros el arca del Dios de Israel, porque su mano es dura sobre nosotros y sobre nuestro dios Dagón”. Ahí se dieron cuenta de que no eran iguales, que uno solo es el Dios verdadero. “8Convocaron, pues, a todos los príncipes de los filisteos, y les dijeron: ¿Qué haremos del arca del Dios de Israel? Y ellos respondieron: Pásese el arca del Dios de Israel a Gat. Y pasaron allá el arca del Dios de Israel”. Pero Gat era otra ciudad de los filisteos de donde era Goliat, y de donde eran aquellos otros gigantes: Saf, Elhanán y el de 24 dedos. “9Y aconteció que cuando la habían pasado, (para que se dieran cuenta de que no eran coincidencias, sino que era la mano de Dios) la mano de Jehová estuvo contra la ciudad, (contra Gat) con gran quebrantamiento, y afligió a los hombres de aquella ciudad desde el chico hasta el grande, y se llenaron de tumores”. Esto no se refiere a tumores por dentro, sino por fuera, visibles. “10Entonces enviaron el arca de Dios a Ecrón”, la tercera ciudad; eran de una pentápolis: Asdod, Gat, Ecron. En Ecrón, el dios de Ecrón era Beelzebú; así se llamaba: Baal-zebúb; Beelzebú era el nombre del dios de Ecrón; el señor de las moscas, que representan a los demonios. “10Entonces enviaron el arca de Dios a Ecrón. Y cuando el arca de Dios vino a Ecrón, los ecronitas dieron voces, diciendo: Han pasado a nosotros el arca del Dios de Israel para matarnos a nosotros y a nuestro pueblo. 11Y enviaron y reunieron a todos los príncipes de los filisteos, diciendo: Enviad el arca del Dios de Israel, y vuélvase a su lugar, y no nos mate a nosotros ni a nuestro pueblo; porque había consternación de muerte en toda la ciudad, y la mano de Dios se había agravado allí. 12Y los que no morían, eran heridos de tumores, y el clamor de la ciudad subía al cielo”.

Varias veces ha sucedido esto en la historia, pero la peor situación es en las copas; y no es la última, sólo la primera. “1Estuvo el arca de Jehová en la tierra de los filisteos siete meses. 2Entonces los filisteos, llamando a los sacerdotes y adivinos, preguntaron: ¿Qué haremos del arca de Jehová? Hacednos saber de qué manera la hemos de volver a enviar a su lugar. 3Ellos dijeron: Si enviáis el arca del Dios de Israel, no la enviéis vacía, sino pagadle la expiación; entonces seréis sanos, y conoceréis por qué no se apartó de vosotros su mano”. Por no haber venido con expiación ante Dios. “4Y ellos dijeron: ¿Y qué será la expiación que le pagaremos? Ellos respondieron: Conforme al número de los príncipes de los filisteos, (era la pentápolis, cinco ciudades) cinco tumores de oro, y cinco ratones de oro, (parece que hubo una plaga de ratones que fue la que provocó todas esas úlceras por dirección de Dios) porque una misma plaga ha afligido a todos vosotro
Negritas y a vuestros príncipes. 5Haréis, pues, figuras de vuestros tumores, y de vuestros ratones que destruyen la tierra, y daréis gloria al Dios de Israel; (lástima que los del tiempo del fin no se arrepentirán; estos filisteos se arrepintieron y se les quitó la plaga) quizá aliviará su mano de sobre vosotros y de sobre vuestros dioses, y de sobre vuestra tierra. 6¿Por qué endurecéis vuestro corazón, como los egipcios y Faraón endurecieron su corazón? Después que los había tratado así, ¿no los dejaron ir, y se fueron? 7Haced, pues, ahora un carro nuevo, (los filisteos conocían la historia) y tomad luego dos vacas que críen, a las cuales no haya sido puesto yugo, y uncid las vacas al carro, y haced volver sus becerros de detrás de ellas a casa.

8Tomaréis luego el arca de Jehová, y la pondréis sobre el carro, y las joyas de oro que le habéis de pagar (joyas; eran tumores) en ofrenda por la culpa, las pondréis en una caja al lado de ella; y la dejaréis que se vaya”. Porque al principio abrieron el arca y miraron adentro; por eso fueron destruidos; entonces ahora fueron aprendiendo.


Un tumor de oro por cada príncipe
“9Y observaréis; (todavía tenían una duda; ¿será, no será?) si sube por el camino de su tierra a Bet-semes, él nos ha hecho este mal tan grande; y si no, sabremos que no es su mano la que nos ha herido, sino que esto ocurrió por accidente”. Todavía tenían duda e hicieron una última pruebita. “10Y aquellos hombres lo hicieron así; tomando dos vacas que criaban, las uncieron al carro, y encerraron en casa sus becerros. 11Luego pusieron el arca de Jehová sobre el carro, y la caja con los ratones de oro y las figuras de sus tumores. 12Y las vacas se encaminaron por el amino de Bet-semes, y seguían camino recto, andando y bramando, sin apartarse ni a derecha ni a izquierda, y los príncipes de los filisteos fueron tras ellas hasta el límite de Bet-semes”. Iban averiguando a ver si había sido Dios o no.  “13Y los de Bet-semes segaban el trigo en el valle; y alzando los ojos vieron el arca; y se regocijaron cuando la vieron. 14Y el carro vino al campo de Josué de Bet-semes, y paró allí donde había una gran piedra; y ellos cortaron la madera del carro, y ofrecieron las vacas en holocausto a Jehová. 15Y los levitas bajaron el arca de Jehová, (los levitas, no los filisteos) y la caja que estaba junto a ella, en la cual estaban las joyas de oro, y las pusieron sobre aquella gran piedra; y los hombres de Bet-semes sacrificaron holocaustos y dedicaron sacrificios a Jehová en aquel día. 16Cuando vieron esto los cinco príncipes de los filisteos, volvieron a Ecrón el mismo día. 17Estos fueron los tumores de oro que pagaron los filisteos en expiación a Jehová: por Asdod uno, por Gaza uno, por Ascalón uno, por Gat uno, por Ecrón uno. 18Y los ratones de oro fueron conforme al número de todas las ciudades de los filisteos pertenecientes a los cinco príncipes, así las ciudades fortificadas como las aldeas sin muro. La gran piedra sobre la cual pusieron el arca de Jehová está en el campo de Josué de Bet-semes hasta hoy”.

Pero ahora miren, a los de Bet-.semes se les fue la mano también, aunque eran de Israel. “19Entonces Dios hizo morir a los hombres de Bet-semes, porque habían mirado dentro del arca de Jehová; (fueron atrevidos, se metieron a hacer las cosas) hizo morir del pueblo a cincuenta mil setenta hombres. Y lloró el pueblo, porque Jehová lo había herido con tan gran mortandad. 20Y dijeron los de Bet-semes: ¿Quién podrá estar delante de Jehová el Dios santo? ¿A quién subirá desde nosotros? 21Y enviaron mensajeros a los habitantes de Quiriat-jearim, diciendo: Los filisteos han devuelto el arca de Jehová; descended, pues, y llevadla a vosotros”. Ahí fue cuando llegó a la casa de Obed-edom y ahí sí hubo bendición; o sea que el arca se defiende sola; no es el pueblo el que defiende el arca. Cuando Uza quiso defender el arca, él cayó muerto. Vemos aquí cómo la mano de Dios estaba para corregir o también para bendecir. Cuando estaba en casa de Obed-Edom fue bendición; por eso muchas personas, que abren su casa para el Señor,  reciben bendición; pero si hacemos las cosas equivocadas nos metemos en problemas. Pero hoy nos hemos detenido en un problema que es el de las úlceras; aún me falta un versículo más que habla de las úlceras; es uno del rey Ezequías; seguimos todo lo que en la Biblia nos habla de las úlceras porque está relacionado con esta primera copa. Hay úlceras en la primera copa porque los hombres han sido atrevidos contra Dios.


Enfermedad de Ezequías
Vamos a 2 Reyes 20:7. En el 7 es donde aparece cuál era la enfermedad: “7Y dijo Isaías: Tomad masa de higos. Y tomándola, la pusieron sobre la llaga, y sanó”. El verso 1 del capítulo 20 dice: “1En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte. (Aquí no sabemos cual era la enfermedad, pero en el 7 sabemos que era una llaga, una llaga grave, un problema cutáneo) Y vino a él el profeta Isaías hijo de Amoz, y le dijo: Jehová dice así: Ordena tu casa, porque morirás, y no vivirás. (Dios le dijo que moriría, no fue Isaías, Dios ha dicho) 2Entonces él volvió su rostro a la pared, y oró a Jehová y dijo:” ¿Qué leímos allí en Apocalipsis 16, en la quinta copa? Que no se arrepintieron a pesar de que mordían de dolor sus lenguas; no se arrepintieron. Lo que Dios buscaba era que se arrepintieran. Aquí tenemos el caso del que se arrepintió, que es Ezequías. “Volvió su rostro a la pared, y oró a Jehová y dijo: 3Te ruego, oh Jehová, te ruego que hagas memoria de que he andado delante de ti en verdad y con íntegro corazón, y que he hecho las cosas que te agradan”.

Recuerden que es el Antiguo Testamento, todavía era la justicia de la ley.  “Y lloró Ezequías con gran lloro. 4Y antes que Isaías saliese hasta la mitad del patio, vino palabra de Jehová a Isaías, diciendo: 5Vuelve, y di a Ezequías, príncipe de mi pueblo: Así dice Jehová, el Dios de David tu padre: Yo he oído tu oración, y he visto tus lágrimas; he aquí que yo te sano; al tercer día subirás a la casa de Jehová”. Número de resurrección. Yo te sano. Así con esa llaga no podía entrar a la casa de Dios, pero fue sanado al tercer día, como quien dice en resurrección.

“6Y añadiré a tus días quince años, y te libraré a ti y a esta ciudad de mano del rey de Asiria; y ampararé esta ciudad por amor a mí mismo, y por amor a David mi siervo. 7Y dijo Isaías: Tomad masa de higos”. Dios dijo: yo te sano, ¿verdad? “he aquí que yo te sano”; pero Dios usó un instrumento; es decir, a veces Dios sana directamente, a veces Dios sana usando instrumento. También vemos el caso de aquel ciego; Jesús le hubiera dicho: ve, y él hubiera visto, pero fue y le untó barro, y escupió en sus ojos, y le dijo que se bañara siete veces; le puso en ejercicio continuo de fe a ver si se mantenía en la fe todo el ciclo hasta recibir sanidad.


Sanidad de un arrepentido
A veces nosotros queremos que porque ya creí, tener la cosa ahora, pero hay que mantener la fe contra cualquier síntoma, contra cualquier problema; mantener esa fe hasta que se sane. Dios puede hacerlo directamente o usando un instrumento. Aquí el instrumento fue Isaías con su masa de higos. “Y tomándola, la pusieron sobre la llaga, y sanó. 8Y Ezequías había dicho a Isaías: ¿Qué señal tendré de que Jehová me sanará, y que subiré a la casa de Jehová al tercer día? 9Respondió Isaías: Esta señal tendrás de Jehová, de que hará Jehová esto que ha dicho: ¿Avanzará la sombra diez grados, o retrocederá diez grados? 10Y Ezequías respondió: Fácil cosa es que la sombra decline diez grados; pero no que la sombra vuelva atrás diez grados. 11Entonces el profeta Isaías clamó a Jehová; e hizo volver la sombra por los grados que había descendido en el reloj de Acaz, diez grados atrás”.

Oí que cuando unos astronautas no podían bajar, pues fueron en cohete al espacio y no podían bajar porque regresaban, y había una falla que no les dejaba volver a la tierra sino que seguían, llamaron a nuestro hermano Christian Chen, que es físico nuclear; ha sido profesor de física nuclear en los propios Estados Unidos y en Brasil, donde también hay energía nuclear; él incluyó en las computadoras el tiempo cuando se detuvo el sol, en los días de Josué, y estos diez grados que aparecen aquí de que retrocedió la sombra, y cuando incluyeron eso en la computadora, pudieron bajar a los astronautas a la tierra; de ahí en adelante siempre tienen ese dato incluido.


Entonces, hermanos, en esos quince años agregados a Ezequías fue que nació Manasés. Manases fue muy malo, pero reinó mucho; los reyes buenos duraban mucho, los reyes malos duraban poco; pero Manasés duró mucho porque Dios sabía que al final se arrepentiría, y al final se arrepintió, y a través de Ezequías, por Manasés vino la genealogía del Mesías; o sea que el Señor Jesús vino a raíz de esos quince años agregados a Ezequías; aunque Dios le dijo: Morirás, Dios sabía que se arrepentiría; si no se hubiera arrepentido realmente hubiera muerto, pero se arrepintió y Dios le concedió no sólo gracia a Ezequías. Todos nosotros recibimos gracia de esos quince años, de esos diez grados que retrocedió la sombra, porque de allí vino el Mesías, de ese espacio añadido; de ahí viene nuestra salvación, de ahí viene la gracia del Señor y la llaga fue curada.


Entonces, hermanos, yo pienso que habiendo seguido en la Biblia los versos que nos hablan de las llagas, tenemos una imagen más clara del tiempo del fin, que es más grave. En Éxodo fue una plaga pasajera sin la otra, aquí son todas las plagas continuadas; y como no hay arrepentimiento, conducen a la muerte, como condujeron a la muerte a muchos. Dios nos bendiga.


Terminemos leyendo Apocalipsis 16:1-2: “1Oí una gran voz que decía desde el templo a los siete ángeles: Id y derramad sobre la tierra las siete tazas (copas) de la ira de Dios. 2Fue el primero, y derramó su taza sobre la tierra, y vino una úlcera maligna y pestilente sobre los hombres (aquí se refiere a los seres humanos: hombres y mujeres) que tenían la marca de la bestia, y que adoraban su imagen”. 


El Señor nos guarde y nos mantengamos mejor como Ezequías, en la gracia, porque lo que buscan estas tazas es el arrepentimiento.

Vamos a orar.

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