lunes, 3 de enero de 2011

PEQUEÑO APOCALIPSIS SINÓPTICO

PEQUEÑO

 APOCALIPSIS

SINÓPTICO






RESPUESTA DE JESÚS DE NAZARETH
A SUS DISCÍPULOS
EN EL MONTE DE LOS OLIVOS
DOS DÍAS ANTES DE LA PASCUA




1. Cuando Jesús salió del templo y se iba, se acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo. Saliendo Jesús del templo, le dijo uno de sus discípulos: - ¡maestro, mira que piedras, y que edificios!.- Y a unos que hablaban de que el templo estaba adornado de hermosas piedras y de ofrendas votivas, Jesús respondiendo les dijo: - ¿veis todo esto?, ¿Ves estos grandes edificios? En cuanto a estas cosas que veis, de cierto os digo: días vendrán en que no quedará aquí piedra sobre piedra que no sea derribada, que no sea destruida.

2. Y se sentó en el monte de los olivos, frente al templo. Y estando Él sentado en el monte de los olivos, los discípulos Pedro, Jacobo, Juan y Andrés se le acercaron aparte, y aparte le preguntaron diciendo: - Maestro, dinos ¿cuándo será esto?, ¿cuándo serán estas cosas y qué señal habrá cuando estas cosas estén para cumplirse y hayan de suceder?, ¿Qué señal habrá de Tu venida y del fin del siglo?

3. Respondiéndoles entonces Jesús, comenzó a decirles: - mirad que nadie os engañe; mirad que no seáis engañados; porque vendrán muchos en mi nombre diciendo: -yo soy el Cristo- y - el tiempo está cerca -, y engañarán a muchos; mas no vayáis en pos de ellos.

4. Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mas cuando oigáis de guerras y de rumores de guerras y de sediciones, mirad que no os turbéis, no os alarméis; porque es necesario que suceda así, que todas estas cosas acontezcan primero; pero el fin no será inmediatamente; aún no es el fin.

5. Entonces les dijo: - porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá grandes terremotos en muchos diferentes lugares, y habrá en diferentes lugares hambres, pestes y pestilencias, y alborotos, y habrá terror y grandes señales del cielo. Y todo esto será principio de dolores; principios de dolores son estos.

6. Pero antes de todas estas cosas os echarán mano, y os perseguirán; pero mirad por vosotros mismos, porque os entregarán a las sinagogas, a los concilios y a las cárceles, y en las sinagogas os azotarán; y seréis llevados ante reyes y ante gobernadores por causa de mi nombre; y delante de gobernadores y de reyes os llevarán por causa de mí para testimonio a ellos. Y esto os será ocasión de dar testimonio. Y es necesario que el evangelio sea predicado antes a todas las naciones.

7. Pero cuando os trajeren para entregaros, no os preocupéis por lo que habéis de decir, ni lo penséis; proponed en vuestro corazón no pensar antes como habéis de responder en vuestra defensa; porque Yo os daré palabra y sabiduría, la cual no podrán resistir, ni contradecir todos los que se opongan. Sino lo que os fuere dado en aquella hora, eso hablad; porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo.

8. Mas seréis entregados aún por vuestros padres, y hermanos, y parientes y amigos; y el hermano entregará a  la muerte al hermano, y el padre al hijo; y se levantarán los hijos contra los padres, y los matarán; y matarán a algunos de vosotros. Entonces os entregarán a tribulación y os matarán. Y seréis aborrecidos de todos, de todas las gentes por causa de mi nombre. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá. Con vuestra paciencia ganaréis vuestras almas. Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán.

9. Y muchos falsos profetas se levantarán y engañarán a muchos; y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.

10. Pero, por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel puesta donde no debe estar (el que lee entienda), y cuando viereis a Jerusalem rodeada de ejércitos, sabed que su destrucción ha llegado; entonces los que estén en Judea huyan a los montes; y los que estén en medio de ella, váyanse; y los que estén en los campos no entren en ella. El que esté en la azotea, no descienda a la casa, ni entre para tomar algo de su casa; y el que esté en el campo no vuelva atrás para tomar su capa. Porque estos son días de retribución, para que se cumplan todas las cosas que están escritas. Mas ¡ay! De las que estén en cinta, y de las que críen en aquellos días, porque habrá gran calamidad en la tierra e ira sobre este pueblo. Y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalem será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan. Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno, ni en día de reposo, porque aquellos días serán de tribulación.

11. Habrá entonces gran tribulación, cual nunca la ha habido desde el principio de la creación que Dios creó hasta este tiempo, desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. Y si el Señor no hubiere acortado aquellos días, si aquellos días no fuesen acortados nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos que Él escogió, acortará aquellos días; aquellos días serán acortados.

12. Y dijo a sus discípulos: - Tiempo vendrá cuando desearéis ver uno de los días del Hijo del Hombre, y no lo veréis. Y os dirán: helo aquí, o helo allí. No vayáis, ni los sigáis. Entonces, si alguno os dijere: - mirad, aquí está el Cristo;- ó: - mirad, allí está,-  no le creáis ni lo creáis. Porque se levantarán falsos cristos y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, para engañar, y de tal manera engañarán, si fuese posible, aún a los escogidos. Mas vosotros mirad, ya os lo he dicho todo antes. Así que si os dijeren: - mirad, está en el desierto,- no salgáis; o: -mirad, está en los aposentos,- no lo creáis. Porque como el relámpago que al fulgurar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro, que sale del oriente y se muestre hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre en Su día.  Pero primero es necesario que padezca mucho, y sea desechado por esta generación.

13. Pero en aquellos días, e inmediatamente después de aquella tribulación de aquellos días, entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas; desfalleciendo los hombres por el terror y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la Tierra; el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor,  y las potencias que están en los cielos serán conmovidas, y las estrellas caerán del cielo.

14. Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo, y entonces lamentarán todas las tribus de la Tierra, y entonces verán al Hijo del Hombre que vendrá en una nube, viniendo sobre las nubes del cielo con gran poder y gran gloria. Y entonces enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntará y juntarán a sus escogidos de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo. Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca.

15. También les dijo una parábola: - De la higuera aprended la parábola. Mirad la higuera y todos los árboles. Cuando ya brotan, viéndolo, sabed por vosotros mismos que el verano está cerca. Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis que suceden todas estas cosas, conoced que está cerca de las puertas; sabed que está cerca el reino de Dios. De cierto os digo que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

16. Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan la faz de toda la tierra. Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.

17. Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aún los ángeles de los cielos que están en el cielo, ni el Hijo, sino solo el Padre, mi Padre. Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuando será el tiempo. Es como el hombre que yéndose lejos, dejó su casa, y dio autoridad a sus siervos, y a cada uno su obra, y al portero mandó que velase. Velad, pues, porque no sabéis cuando vendrá el Señor de la casa, si al anochecer, o a la media noche, o al canto del gallo, o a la mañana; para que cuando venga de repente, no os halle durmiendo. Y lo que a vosotros digo, a todos lo digo: velad.

18. Mas como fue en los días de Noé, así también será en los días de la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del Diluvio estaban comiendo y  bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el Diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre.  Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día que entró Noé en el arca, y vino el Diluvio y los destruyó a todos. Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos. Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste. En aquel día, el que esté en la azotea, y sus bienes en casa, no descienda a tomarlos; y el que esté en el campo, asimismo no vuelva atrás. Acordaos de la mujer de Lot. Todo el que procure salvar su vida, la perderá; y todo el que la pierda, la salvará.

19. Os digo que en aquella noche estarán dos en una cama; el uno será tomado, y el otro dejado. Dos mujeres estarán moliendo juntas en un molino; la una será tomada, y la otra dejada. Entonces dos estarán  en el campo; el uno será tomado, y el otro dejado.-  y respondiendo le dijeron: ¿dónde, Señor?  Él les dijo: - Porque donde quiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán también las águilas.  Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas; y vosotros sed semejantes a hombres que aguardan a que su señor regrese de las bodas, para que cuando llegue y llame, le abran en seguida. Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor, cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y vendrá a servirles. Y aunque venga a la segunda vigilia, y aunque venga a la tercera vigilia, si los hallare así, bienaventurados son aquellos siervos. Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a que hora el ladrón habría de venir, velaría ciertamente, y no dejaría minar su casa. Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis.

20. Entonces Pedro le dijo: - ¿dices esta parábola a nosotros, o también a todos?- Y dijo el Señor: -¿Quién es, pues, el siervo mayordomo fiel y prudente, al cual puso su señor, y pondrá, sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo, para que a tiempo les dé su ración? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. En verdad, de cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá. Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: mi señor tarda en venir; y comenzare a golpear a los criados y a las criadas sus consiervos, y aún a comer y a beber y a embriagarse con los borrachos, vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y lo castigará duramente, y le pondrá con los infieles; pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes. Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes. Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá.

21. Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas salieron a recibir al esposo. Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡aquí viene el esposo; salid a recibirle!  Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. Y las insensatas dijeron a las prudentes: dadnos de vuestro aceite, porque nuestras lámparas se apagan. Mas las prudentes respondieron diciendo: para que no nos falte a vosotras y a nosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos!  Mas él respondiendo dijo: de cierto os digo, que no os conozco. Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.

22. Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes.  A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos. Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos. Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos. Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor. Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y  arregló cuentas con ellos. Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos. Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos. Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; por lo cual tuve miedo, y fui  y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo. Respondiendo su señor, le dijo: siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses. Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos. Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.

23. Cuando el Hijo del Hombre venga en Su gloria, y todos los santos ángeles con Él, entonces se sentará en Su trono de gloria, y serán reunidas delante de Él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de Su derecha: venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos; o sediento, y te dimos de beber? ¿y cuándo te vimos forastero, y te recogimos; o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a Ti? Y respondiendo el Rey les dirá: De cierto os digo que cuando lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.

24. Entonces dirá también a los de la izquierda: apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui forastero y no me recogisteis, estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos? Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.

25. Cuando hubo acabado Jesús todas estas palabras, dijo a sus discípulos: - Sabéis que dentro de dos días se celebra la pascua, y el Hijo del Hombre será entregado para ser crucificado.

*

Fuentes: Mateo, Marcos y Lucas, según la versión Reina-Valera revisión de 1960 de las Sociedades Bíblicas. Notas del Evangelio de Tomás, versión del compilador, consultadas con cinco versiones en varios idiomas. Nota de la Didaké, según la versión castellana de Daniel Ruiz Bueno, Biblioteca de Autores Cristianos. Compilación e integración: Gino Iafrancesco V., Teusaquillo, Bogotá D.C., Colombia,  agosto 2003. Editado por el departamento de publicaciones del cristiano instituto internacional de investigaciones bíblicas. Publicado por Cristianía Ediciones, de la comunión apostólica de la Iglesia Cristiana. Impreso en Colombia, América del Sur. Distribución gratuita.-

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